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Baekhyun era muy diferente a su hermano, quien siempre demostró ser perfecto, no había otra manera de describirlo, incluso aunque se había equivocado en las decisiones que había tomado, sus padres aún estaban a la espera de que hiciera algo grande, en cambio a él, siempre le dejaron hacer lo que quisiera, no había mucho que esperarán, lo sabía incluso con mirarlos, no le gustaba que lo dejarán de lado, o que subestimaran sus habilidades. Sin embargo, la libertad a veces estaba bien.

Cómo sus padres se hallaban muy preocupados por la situación de su hermano con su joven pareja, las atenciones que recibía eran incluso menores—si eso era posible—, no importaba a qué hora llegará o en qué estado lo hiciera, ellos no decían nada, mientras siguiera siendo uno de los mejores estudiantes de su grupo.

Era muy inteligente, práctico y bueno con las palabras, por eso siempre estaba en la mira de los demás, pero, también le gustaba divertirse y eso no era algún secreto. Siempre era cuidadoso, le gustaba salir con sus amigos y conocer algún chico que fuera interesante.

Aquella noche asistió a una fiesta de año nuevo en un bar conocido, habían muchas personas, todos ellos con los mismos objetivos de divertirse hasta no poder más. Sus amigos estaban bebiendo y él también, lo hacía de forma descontrolada, porque amaba la sensación de estar ebrio.

—Baek, ese tipo no deja de verte, vaya es muy caliente.

Baekhyun miró de forma discreta a dónde su amigo señalaba y soltó una carcajada. ChanYeol estaba en el otro extremo del bar, con quiénes parecían ser sus amigos, estaba bebiendo y le sonrió al ver que había llamado su atención. Baek levantó la botella y bebió de esta.

—Es un profesor amigo de mi hermano.

—Dios, está para morirse.

—Si tú lo dices—blanqueo los ojos.

La realidad es que él más que nadie sabía lo apuesto que era ChanYeol, no por nada le gustaba desde que era más joven, siempre admiró su forma de ser, tan seguro de sí mismo y un eterno soltero, era como un amor platónico, ambos se llevaban bien y llegaban a hablar de cosas importantes sin necesidad de hacer un gran lío de eso.

Pero, así como le gustaba, no se cegaba, ChanYeol era el perfecto jugador, no le importaba nada más que él mismo, le gustaba conocer personas, pasar el rato sin compromiso de por medio, Baekhyun estaba buscando más, por lo que dejaba pasar cualquier posibilidad.

Estaba bailando, divirtiéndose a lo grande, cuando sintió a alguién cerca, ChanYeol se puso a su lado y le sonrió, sus ojos estaban adormilados, debido a todo el alcohol.

—¿Qué haces aquí mocoso niño de papis?

—Me divierto—rio—. ¿Tú?

—Pasando el rato ¿Quieres beber algo?

—Va.

Regresaron a la barra, empezaron a beber, al principio era muy inocente, bebían y reían de cualquier estupidez, así, hasta que ChanYeol se empezó a acercar más, tomando su mano, acariciando su cuello, besando su mejilla, estaban tan ebrios que ninguno puso algún límite, en vez de eso, se besaron.

Fue un beso apasionado, ChanYeol acariciaba su pierna y eso les estaba calentando, no medían el tiempo, mucho menos las consecuencias de sus actos, siguieron hasta que fue imposible negar lo que querían sus cuerpos.

—¿Y si salimos de aquí?

—¿Qué tienes en mente?

—Ven.

Pago la cuenta y lo llevó de la mano a la salida, Baekhyun casi no podía caminar, una parte de él, muy interna sabía que no era buena idea, pero, seguía caminando, tomaron un taxi y siguieron besandose. No recordaba cómo es que había llegado al departamento del mayor, ni de qué forma habían entrado.

Tampoco supo cuando estaba debajo de él gimiendo por más, sus movimientos eran torpes, apenas y pudo quitarse la ropa, ChanYeol estaba en el mismo estado, o al menos eso quería creer, ambos bajaron todas las barreras y empezaron a tener sexo.

Estaba de más decir que con cada caricia disfrutaban el toque del otro, que sus suspiros llenaban la habitación, y que con cada pequeña estocada gruñían envueltos en placer, a Baekhyun le estaba gustando mucho la experiencia que ChanYeol tenía, era como si este conociera a la perfección su cuerpo, cosa que era imposible, pero, no dejaba de tomarlo de la cintura, para hacerlo caer en una espiral de placer.

Toda coherencia dejo de tener significado, cuando llegó al climax de forma violenta. Era el mejor sexo, tanto que quedó demasiado cansado para moverse.













Despertó por la luz que se colaba por la ventana, gruñó ligeramente, miró a su derecha y ahí estaba ChanYeol dormido, su cabeza dolía, era horrible esa sensación, se sentó cubriendo su rostro, ¿Qué había hecho? El arrepentimiento vino rápidamente, se levantó, vistió, y salió de ahí, no tenía tiempo para hablar o no quería escuchar lo que ChanYeol le decía a todas sus conquistas de una noche.

Salió del departamento, tomó un taxi y se fue a su casa, trataba de mantener las lágrimas controladas, pero la culpa le estaba matando.

¿Cómo es posible que haya dormido con ChanYeol? Estaba mal, todo estaba mal, se dijo a si mismo que no pasaba nada, que olvidaría aquel problema para siempre, que esa noche no tenía que significar nada. No quería pensar más en lo equivocado que estaba y en la gran metida de pata que dió, era estúpido.

Pero, a veces las consecuencias de una noche de alcohol iban más allá de la culpa.




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Hosadama *Namjin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora