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—Muy bien chicos, eso es todo por el día de hoy, no olviden entregar sus reportes el viernes.

La profesora salió del salón de clases y todos se relajaron de inmediato, Jimin guardó sus cosas, de forma lenta, estaba cansado después de un día largo en el instituto. Se había adaptado mejor de lo que pensó, al principio no quería asistir, pero la insistencia de los señores Min le hicieron aceptar, ahora estaba ahí, y las cosas se sentían diferentes, no estaba tan atrasado, porque tuvo que repetir año, así que muchos de los temas ya los había visto con anterioridad, no tenía problemas en casa, los Min eran personas muy buenas que lo trataban con cariño, no tenía alguna carencia, porque aunque no pidiera nada, ellos estaban al pendiente, se preguntaba si así era como vivían todos los demás, una familia normal y amorosa.

No había visto a Yoongi en más de tres meses, recibía actualizaciones de parte de su madre, que estaba bien, trabajando como siempre, algunas veces le mandó un mensaje para saber cómo estaba, él le respondía con entusiasmo, pero nunca recibía respuesta después de eso. Lo extrañaba, aunque era una persona distante y fría, no podía dejar de pensar en él, creyó sus palabras, que era un enamoramiento pasajero, debido a lo agradecido que se sentía, pero, no era así, le gustaba y quería llamar su atención.

Nunca antes estuvo enamorado, era una sensación extraña, linda, pero al mismo tiempo aterradora, se ponía triste cada que recordaba las palabras de rechazo de Yoongi, que aunque fueron amables, no quitaba el hecho de que le dolía.

—Jimin, iremos por un helado ¿Quieres venir?

Mina, Nayeon y Eunwoo se sentaban a su alrededor, eran buenos compañeros, hablaba con ellos, comían juntos, pero Jimin aún no sabía si podía considerarlos amigos. Aún desconfiaba de las personas.

—Ah, mmm, no lo sé.

—Anda, merecemos un helado después de tanto estrés—sonrió Nayeon.

—Vamos Jiminie—Jimin miró a Eunwoo quien le sonreía a lo grande. Siempre lo hacía y por algún motivo le parecía dulce.

—Bien, llamaré a...

—¿A tú mamá? Sí, llámala.

Asintió a Mina, ellos no sabían su pasado, y tampoco era como si quisiera hablar de ello, quería dejar esas cosas atrás, olvidar la vida que tenía con su padre y todo lo que sucedió, así como Namjoon lo estaba haciendo, estudiando en otro país, por lo que le decía en llamadas le estaba yendo muy bien, él también quería eso.

—Los veo en la entrada, haré la llamada.

Los tres asintieron, tomaron sus cosas y salieron, sacó su teléfono y marco a la señora Min, ella respondió casi al instante.

—Jiminie, ¿Todo bien? ¿Ya saliste?

—Sí, ammm, unos compañeros me dijeron que si los acompañaba a comer un helado, llamaba para preguntar si podía hacerlo.

Claro que si querido, mándame un mensaje si es que llegas tarde, guardaré tu cena, diviértete mucho.

—Gracias, nos vemos más tarde.

—Muy bien.

Colgó con una sonrisa en su rostro, aún tenía miedo de los adultos, pero con el tiempo se convencía que los Min eran una familia especial. Tomó sus cosas y salió del aula, caminó con total tranquilidad, vio a sus compañeros esperando y se unió a ellos. Salir con personas de su edad era algo interesante, estos hablaban de cosas que le hacían recordar que tenía diecisiete años y que aún podía emocionarse por videojuegos o películas, no tenía que actuar como un adulto o demostrar algo, pensaba que a eso era a lo que Yoongi se refería cuando dijo que debía vivir su edad.

Hosadama *Namjin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora