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Llegó del taller con su padre, fue un día pesado y cansado, pero, pronto tendría que volver a su empleo habitual, tampoco estaba muy emocionado por ello, nunca se había plantado el estar en casa a tiempo completo, a pesar de tener a Sunoo, que si bien era su hijo, parecía ser más su hermano menor, se hacía cargo de sus gastos, sin embargo, sus padres eran quienes estaban al pendiente de su educación, jamás tendría lo suficiente para pagarles lo que hacían por él. Ahora, el alejarse de casa no sólo implicaba estar lejos de su familia, sino también de Jimin, el chico se llevaba bien con su familia, su madre lo había adoptado como su nuevo hijo, al igual que su padre, sabía que estaría bien, que no habría problema alguno, que lo cuidarían, pero, la preocupación aún estaba ahí, el no saber si Jimin se quedaría o terminaría huyendo sin pensar en las consecuencias.

Jimin había estado deprimido durante días, apenas comía y hablaba, todo por la noticia de que su hermano se iría del país para estudiar en el extranjero, aparentemente a Namjoon lo acogió una persona con un gran corazón y buena fortuna, no lo conocía, pero los ojos tristes de Jimin le decían que era una buena persona.

Ambos fueron unos niños que sufrieron mucho en la vida, pero a pesar de todo el dolor, ahora tenían una nueva oportunidad para salir adelante. No sabía cuáles eran los planes de Jimin, sus padres y él habían hablado de volverlo a inscribir en el instituto para que siguiera con su educación, Jimin decía que era malo en la escuela y que sería una perdida de tiempo, que prefería trabajar, pero su padre no estaba de acuerdo, tampoco él, Yoongi sabía muy bien, por experiencia propia que el dejar la escuela era un error, si él no hubiera cometido tantos errores, tal vez ahora tendría un buen empleo o una carrera que le sustentará, no se arrepentía de Sunoo, lo quería, pero no iba a negar que su vida era más complicada por haberse adelantado a situaciones que no iban acordé a su edad.

Quería algo más para Jimin, ¿Por qué? Esa era una pregunta que aún no tenía una buena respuesta.

—Hola mamá—dijo entrando.

—Hola, bienvenidos, ya casi está la cena, Sunoo está en la sala mirando televisión y Jimin arriba.

—¿Cómo está? —preguntó su padre dejando sus cosas en la barra.

—Hice que comiera un sándwich a medio día, no está bien, pero, al menos está comiendo un poco. Sube a verlo.

Yoongi asintió, subió las escaleras directo a su habitación, sin embargo, los sonidos en el ático le detuvieron, era la voz dulce de Jimin, estaba cantando muy bajito, bajo la cubierta y subió las escaleras, al llegar arriba busco con la mirada a Jimin, este estaba en el piso, sobre unas mantas viejas, mirando el techo, había una lámpara infantil a su lado, que iluminaba parte de su rostro.

—¿Por qué estás aquí? Hace frío.

—Tenía curiosidad de ver lo que había aquí, ven—palmeo el espacio a su lado—. Es muy calmado.

Yoongi termino de subir y se sentó a su lado, al instante, Jimin rodeó su cintura con sus brazos y acomodo la cabeza en su pierna, tras un suspiro llevó su mano a sus cabellos despeinados.

—Habla conmigo.

—Me llamó, llegó bien a Boston, dice que es bonito, que algún día me va a llevar ahí.

—Eso suena como un buen plan.

—Uno que jamás se hará realidad, Namjoon no va a regresar, sería un idiota si lo hace.

—¿Te sientes lastimado por eso?

—Me fui para que él tuviera la oportunidad de pensar en si mismo, porque sabía que estaba destinado a algo grande, también, porque quería alejarme de todo, está haciendo su vida, eso no me molesta, pero, me da miedo, Namjoon es lo único que tenía y ahora no está. ¿Qué será de mí?

Hosadama *Namjin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora