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—¿Tú familia es...?

—Mi padre es dueño de una compañía—respondió con un suspiro.

Namjoon entendió entonces la mayor parte de las preocupaciones de SeokJin. La casa en dónde estaban era enorme, en una parte de la cuidad que era residencial, Jin parecía incómodo, y Namjoon compartía el sentimiento, de repente toda valentía comenzó a mermar, porque era un chico de diecinueve años tratando de ser un adulto, tomando una enorme responsabilidad, una que no le molestaba, amaba a Jin y a sus pequeños hijos, pero ¿Cómo podrían los padres de Jin tomarlo en cuenta?

—No tienes que entrar sino te sientes listo, está bien.

—No—negó—. Vamos, entro contigo.

SeokJin asintió, sabía que el hecho de que Namjoon estuviera ahí podría ser perjudicial, pero, de alguna manera necesitaba a alguien en quien apoyarse. Se encaminaron a la puerta, tocaron el timbre y escucharon ruidos dentro antes de que la puerta fuera abierta.

—¿Jin hyung? —dijo Baekhyun con asombró al verlos ahí a los dos.

—¿Están aquí?

—Sí, han comido y ahora están jugando en el jardín, mamá y papá están hablando en la oficina, mamá lo llamó y regresó de la empresa temprano. Entra. ¿Estás seguro que es buena idea que Namjoon esté aquí? Sabes cómo son ellos.

—Bueno, eso lo veremos—dijo con una mueca.

Namjoon miró alrededor con asombró, la casa por dentro era sumamente elegante, había algunas personas limpiando la sala, con uniformes impecables, sin lugar a dudas comprendía porque Jin era una persona tan educada y elegante, era un niño que nació con una cuchara de oro. ¿Y él? de repente se sentía tan inseguro.

—Vamos Namjoon.

Lo siguió por un pasillo extenso, en las paredes había algunas pinturas de marco mediano, eran bonitas, estaba sudando frío, mordía con fuerza su labio inferior. Jin parecía estar compuesto después de haberse desmoronado momentos atrás, llegaron hasta una puerta de madera oscura y alta, Baekhyun tocó ligeramente, antes de abrir.

SeokJin entró primero, Namjoon le siguió y Baekhyun entro al último, cerrando la puerta. La señora Kim estaba sentada, al verlos se quedó petrificada, con una mueca de molestia, a su lado, en una silla más grande se hallaba un hombre de edad madura, con el rostro duro y frío.

—¿Quién eres tú? —preguntó el hombre mirando directamente a Namjoon.

Este hizo una reverencia y soltó aún con miedo.

—Soy Kim Namjoon. Señor.

—Yo soy Kim Minkyu.

—Es un gusto.

—Jin ¿Qué haces aquí?

—Vine por mis hijos—dijo con frialdad, una que sorprendió a Namjoon. Porque jamás había escuchado ese tono en su mayor.

—Creo que tu madre ha sido muy clara con lo que te dijo ¿No?

—Lo fue, por eso vine, me los voy a llevar, ustedes no tienen el derecho de llevárselos. Son mis hijos.

—Teníamos un trato Jin, no podemos quedarnos de brazos cruzados viendo cómo pones en peligro nuevamente a los niños.

SeokJin miró a su madre con dolor. —Yo jamás volvería a cometer el mismo error, ellos no corren peligro conmigo.

—Este muchacho, tu nuevo amante está viviendo contigo. No lo conocemos, no sabemos quién es o sus intenciones.

—Namjoon es mi estudiante, necesitaba ayuda, sólo eso.

Hosadama *Namjin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora