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—¿Estás de acuerdo con lo que Jin está haciendo?

ChanYeol quito la vista del camino, para mirar momentáneamente a Baekhyun, este llevaba un semblante lleno de preocupación. Suspiró y negó.

—Baek, tu hermano es un adulto, sé que te preocupas, pero él sabe lo que hace ¿Está bien?

—Pero ¿Y si ese chico es peligroso? —preguntó con una mueca—. ¿Qué tal si le trae problemas?

—Namjoon es un chico que necesita ayuda, no es alguien malo, no es un pandillero, por lo que dice Jin, su padre es quien le dio una golpiza.

Los ojos de Baekhyun se entrecerraron imaginando aquello, para él a quien sus padres le habían tratado con respeto y cariño, se le hacia increíble que un padre pudiese tratar así a un hijo. Su rostro contrariado se convirtió en una mueca apenada, se sentía mal de haber pensado aquello del muchacho, ahora comprendía por qué su hermano estaba tan interesado en ayudarlo. No lo culpaba, él hubiese hecho lo mismo.

—No te aflijas—ChanYeol interrumpió sus pensamientos, como si supiera lo que pensaba—. No lo sabías, además, siempre estas cuidando de Jin, está bien Baekie.

—A veces pienso que la vida es una mierda—suspiró profundamente.

—No lo es, bueno, sí, es algo dura, pero no siempre es mala ¿No eres demasiado joven para pensar tan pesimista?

BaekHyun comenzó a reír. —Nunca se es demasiado joven como para ver la realidad de la vida, además, no hables como un anciano, eres joven.

—Veintiséis años no son un chiste—chasqueo la lengua—. Me duelen las rodillas.

—Y pensar que sólo me faltan seis años para estar en tu posición—se encogió en el asiento—. No quiero crecer, me rehusó a hacerlo.

—No es como si pudieras detener el tiempo—se burló levantando una ceja. 

Baekhyun no dijo nada, permaneció mirando las calles, intentando recordar cuál de ellas le llevaba a la casa de Vernon. Sin embargo, para él no era fácil concentrarse teniendo al lado a ChanYeol, el mejor amigo de su hermano y de quien estaba enamorado desde los diecisiete años, no era fácil para él pasar el tiempo con su amor imposible, tampoco era como si el mayor se portara mal con él, al contrario, le cuidaba, lo protegía y le daba lo que quería, como si se tratara de su hermano menor.

—¿Cómo estuvo tu congreso? —preguntó para reanimar la conversación—. ¿Hiciste algo interesante?

La sonrisa llena de picardía que ChanYeol puso, le llenó de un sentimiento de celos, era incómoda la manera en la que este le tenía tanta confianza, porque saber algunas cosas que hacia le lastimaban, pero no podía decir nada.

—Digamos que fueron días productivos—suspiró satisfecho.

—Un día dejarás a alguien con premio—chasqueo la lengua—. Y ahí se acabará tu libertinaje.

—Por eso soy cuidadoso Baek—le guiño un ojo—. Si vas a hacer las cosas, tienes que hacerlas bien.

—Asqueroso—bufó cruzándose de brazos.

—Cuando crezcas entenderás—le sonrió de forma amable.

Odiaba aquella frase, una que destacaba, que ChanYeol sólo era capaz de verlo como un niño, no lo culpaba, su hermano y él habían sido amigos durante muchos años, desde la secundaría que lo había visto crecer, era normal que el mayor le viese aún menor, Baekhyun se esforzaba mucho para demostrarle que eso había cambiado, pero no lo lograba del todo.

—Detente aquí—dijo reconociendo las casas—. Es la blanca.

ChanYeol detuvo el auto en la acera, al lado había una casa de dos pisos, Baekhyun fue el primero en bajar, miró alrededor, tratando de estar seguro de que aquella era la casa correcta.

Hosadama *Namjin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora