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Las clases estaba siendo más largas y aburridas de lo normal, los exámenes estaban a la vuelta de la esquina, y después, el examen nacional, antes de lo sucedido con su padre estaba seguro de que no lo tomaría, pero ahora, estaba evaluando la posibilidad de hacerlo, SeokJin le recomendó que buscará un sueño el cual seguir y que luchará por su futuro, ahora que Jimin estaba lejos y sólo tenía que preocuparse por él, estaba comenzando a ver las posibilidades que se le habían arrebatado desde niño.

Quería ser alguien en la vida, tener una carrera, un trabajo y dinero, así, podría cuidar mejor de Jimin y de alguien más, después de ese beso había comprobado que estaba enamorado de Kim SeokJin, que lo quería y quería a sus hijos, se sentía iluso pensando en la posibilidad de crear una familia con él, sin embargo, algo lo aterrizaba, Jin, tal vez no estaba pensando en él de esa manera, pero si era así ¿Por qué lo había besado dos veces? La segunda ocasión no había alcohol de por medio, tenía un pensamiento que le estaba acompañando ¿Y si lo usaba? Quería pensar que él no era de esa manera, era imposible.

No tenía nada qué ofrecerle, Jin era una persona madura y con grandes ganas de salir adelante, con dos hijos lindos y un trabajo estable, él no era más que una carga. Odiaba esa situación.

Pero, no podía parar, no quería alejarse, al contrario, su mente estaba llena de él, aún podía sentir el toque de sus labios, suaves y acolchados, era un deleite, y lo único que quería era volver a probarlos.

Salió de una de sus clases, caminó sin precipitarse por el pasillo, no tenía amigos, sus compañeros pocas veces se acercaban a él, si tenía que hacer algún trabajo en equipo hablaban lo suficiente, nadie se había interesado en él, al contrario, existían ciertos rumores que sabía que sus compañeros y algunos profesores creían. No podía hacer nada en contra de eso, prefería que pensaran que era un delincuente a qué supieran la realidad de su familia.

Llegó a la pequeña oficina de Jin, siempre comía con él, pero después de los besos había estado distante, sin embargo, no podía irse, tenía que seguir ayudándolo con los pendientes que le estresaban. Tocó esperando respuesta, cuando escuchó la afirmación, entró, sosteniendo todos los nervios que se alojaban en su estómago.

—Hola Namjoon. Toma.

Sacó de una mochila los alimentos. —Hyung, no tengo hambre yo...

—La comida no se desperdicia, no desayunaste, ven a sentarte y come.

Le regaló una sonrisa, que hizo que su corazón latiera con una fuerza descomunal, se sentó frente a él y comenzó a comer, Jin también había sacado sus alimentos y ambos comían en silencio. Uno incómodo.

Quería preguntarle, quería saber lo que esos besos significaban, pero, las palabras se quedaban en su garganta atragantandolo.

—Hoy los niños van a ser recogidos por Baek, mamá los quiere tener este fin de semana. Me acaba de avisar, no me gusta que haga eso, pero, está bien, así podremos terminar el trabajo pendiente.

—Está bien hyung.

—Tus exámenes empiezan pronto, espero no estar quitándote tiempo para estudiar, lo siento.

—No se preocupe, está todo resuelto, revisar los trabajos también me ayuda a repasar.

—Igual, concéntrate en ellos, son los últimos ¿Qué sientes de casi estar graduado?

—No lo sé, siento que tarde demasiado en hacerlo.

—Recuerdo que perdiste un año, pero mira donde estás ahora, también tienes que prepararte para el examen nacional. ¿Nervioso?

—Algo—asintió con una sonrisa tímida.

—Lo vas a hacer muy bien.

—Creo que tiene demasiada fe en mi hyung.

Hosadama *Namjin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora