El día empezaba, el sol apenas estaba saliendo, cuando los gritos comenzaron, era un fiasco, eso fue lo primero que pensó al abrir los ojos, se quedó un momento en su cama, mirando al techo, escuchando los reclamos detrás de la puerta, aquellos gritos chillones y otros más graves y entrecortados, un plato quebrarse y el golpe, cerró los ojos ante este último, aguantó lo que pudo para no ponerse a llorar.
Cada día que despertaba y se daba cuenta que estaba vivo, las lágrimas recorrían sus mejillas, porque estaba tan cansado, él estaba harto de seguir con vida, nada tenía sentido, todo era una grandísima mierda y él estaba ahogado hasta el cuello en esa arena movediza que llamaba "familia" su cuerpo dolía, los músculos de su espalda estaba tan adoloridos debido al estrés, sus manos marcadas, cicatrices blanquecinas y otras más rojas debido al poco tiempo de exposición.
Siempre era lo mismo, cada día, vivía lo mismo, comía lo mismo y sentía lo mismo. Namjoon estaba harto y si las cosas seguían de esa manera, entonces, llevaría a cabo el plan en el que pensaba cada noche antes de irse a dormir.
Se levantó a regañadientes, fue al baño, se limpió, arregló y salió para vestir la ropa que aún no estaba tan vieja, para ir a la escuela, era su último año de instituto y con sinceridad creía que no era más que una pérdida de tiempo, pero si no iba, la ayuda del gobierno no llegaría y su alcohólico padre no cobraría para su maldito veneno, no tenía opción más que aguantar.
Salió de su habitación, el aroma a alcohol estaba por todas partes, entonces comprendió que no era un plato lo que se había roto sino una botella, caminó hasta la mesa donde su hermano menor estaba sentado, era un adolescente, demasiado tierno, o al menos eso era lo que él pensaba, en la mesa sólo había pan y mermelada de higo que ellos mismla hacían, se sentó al lado de Jimin, su padre ya estaba fuera de la casa lo cual le tranquilizaba.
—Sabes que cuando esta tomado no puedes hablarle así—dijo al momento que untaba un pan con mermelada—. Jimin come algo.
El chiquillo de quince años bufó, aunque no lloraba, Namjoon podía ver sus ojos cristalinos y la tensión en los músculos de su rostro, estaba haciendo un gran esfuerzo para no romper en llanto, lo entendía, quiso consolarlo, pero ¿Cómo hacerlo si él se sentía de la misma manera?
Comieron en silencio, hace años que no tenían una plática amena, se habían alejado, porque no querían hablar de lo que sucedía y porque a su padre no le gustaba el ruido de sus voces.
—¿Tienes dinero? —preguntó Jimin sin mirarlo.
—Muy poco ¿Por qué? —preguntó con una ceja alzada.
—Necesito comprar unos materiales para la clase de arte, por eso fue que se enojó papá.
—Jimin, sabes bien que si necesitas algo para la escuela tienes que pedirmelo a mí, no a papá—dijo como un pequeño llamado de atención.
—Pero no es justo, tú eres mi hermano, no mi padre, él tiene que hacerse cargo—hizo un puchero.
Namjoon sonrió ladino, alargando la mano para acariciar los cabellos de su hermano. —Ya lo sé, pero papá no es el mismo, desde que mamá murió, bueno, él ha cambiado, no es su culpa, tal vez no tenemos un padre como el de los demás, pero, es lo que tenemos.
—Estoy cansado Namie hyung—susurró con un hilo de voz, no soportó más, pequeñas lágrimas recorrieron sus mejillas rechonchas, una de las cosas que Namjoon odiaba más era ver a su pequeño hermano llorar, se acercó y puso sus manos en sus mejillas donde comenzó a limpiarlas—. No quiero vivir así.
—Sé que es difícil, pero tiempos mejores vendrán, terminando este semestre yo buscaré un empleo y podremos vivir mejor, no te preocupes, mi lindo mochi.
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Hosadama *Namjin*
De TodoHOSADAMA: Las cosas buenas vienen con muchos obstáculos. Namjin Yoonmin Romance Drama Angust Mpreg