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Namjoon esperaba en sus asientos, mientras cuidaba de que Taehyung y Jungkook no se levantarán para andar por ahí, estaban en el teatro de la escuela de Hoseok, el pequeño de ahora diez años estaba por presentar un número de baile de forma individual, frente a todos los padres y maestros de la escuela, no era el único que lo haría, pero a Namjoon no le importaban los demás, sólo su hijo, aún recordaba cuando celebraron su cumpleaños.

Hoseok estaba especialmente feliz ese día, y no sólo por celebrar su cumpleaños, no, había un brillo especial en sus ojos que no pudo comprender, festejo con alegría en casa de los Kim, con amigos cercanos, decoración y regalos, Jin estaba realmente emocional ese día, su primer bebé estaba creciendo, Namjoon no dejaba de decirle, que aunque cumpliera años, siempre sería su pequeño bebé. Cuando llegó el momento de apagar las velas, Jin le dijo que pidiera un deseo, entonces, ocurrió algo que se quedó plantado en la mente de Namjoon para siempre, Hoseok, miró a sus hermanos—quienes estaban atentos al pastel—, a Jin, quien estaba grabando el momento y después a él, cuando sus ojos se encontraron, pudo ver la plena felicidad, el pequeño sonrió en grande y dijo que ya lo tenía todo. Para Namjoon significó tanto, en esa pequeña frase había mucho implícito, por una parte el corazón puro de un niño que estaba feliz de tener a las personas que amaba a su alrededor y segundo, la gran responsabilidad que estaba dispuesto a adquirir, no sólo era querer a esos niños, sino darse cuenta que tenia una obligación mayor con ellos, que ser una figura paterna iba más allá, entendía ahora por qué todos a su alrededor le decían que era una labor muy difícil, debía guiar a esos niños, ser un buen ejemplo y enseñarles de forma clara y respetuosa cómo era la vida. Tuvo miedo, pero, estaba listo para hacerlo, prometiendo jamás cometer los errores de su padre.

—Amor ¿Me puedes ayudar? —dijo Jin llegando a su lado.

—Claro bebé ¿Qué pasa?

—Es Hobi, tiene algo así como pánico escénico y no quiere salir, intenté hablar con él, pero, me dijo que quería que fueras.

—Bien, ya vuelvo—sonrió antes de levantarse.

A medida que se acercaba tras bambalinas, se preguntaba que es lo que había sucedido, tomando en cuenta que Hoseok estuvo entusiasmado toda la semana con su presentación. No dejaba de hablar de ello, cada noche los sentaba en la sala y practicaba, entonces ellos aplaudían, se sabía esa coreografía de memoria. Entró, miró a todos los niños preparándose, busco con la mirada hasta que dio con Hoseok, quien se encontraba en un rincón mirando el suelo, suspiró al tiempo que se acercaba, se hincó para estar a su altura y le sonrió.

—¿Qué pasa hijo?

—¿Y si lo hago mal? —preguntó mirándolo con una mueca—. ¿Y si me equivoco y todos se ríen de mí?

Namjoon aligeró por completo el gesto, tomando al niño de los hombros.

—Has ensayado mucho para este día, es normal tener miedo Hobi, todos lo tenemos, pero, estoy seguro de que lo harás increíble, eres extremadamente talentoso y maravilloso, jamás ví a alguien que bailará con tanta pasión, papá y yo estaremos ahí, junto a tus hermanos, queremos verte, para nosotros ya eres un ganador, debes salir de aquí y demostrar todo el esfuerzo que has puesto. Lo harás estupendo, pero si te llegarás a equivocar, está bien, no importa, porque esto no te define, volverás a intentarlo, hasta que estés feliz con el resultado, y ¿Sabes que es lo mejor? Nosotros, tus padres, abuelos, tíos y hermanos estaremos a tu lado siempre.

Hoseok lo observaba con lágrimas en los ojos, se quedó en silencio unos momentos antes de sonreír y abrazarlo con fuerza.

—Te amo papá.

—Yo también te amo hijo, y estoy muy orgulloso de ti, sé que lograrás hacer cosas grandes y maravillosas, siempre me tendrás a tu lado para sostenerte.

Hosadama *Namjin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora