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Las cosas marchaban muy bien, mejor de lo que había pensado meses atrás, Jin estaba feliz, vivía dentro de una burbuja dónde tenía una linda familia y nada ni nadie podía lastimarlos. Aunque la incertidumbre aun se encontraba latente, sus padres no habían hecho movimiento alguno, constantemente se preguntaba la razón, no quería preocupar a Namjoon, pero es que así no era como ellos actuaban, sin duda había algo extraño en su silencio.

Al haberse graduado, Namjoon pasaba más tiempo con ellos, Jin se preparaba para el nuevo ciclo escolar, y sus pequeños estaban de vacaciones, convivir juntos, de forma amena y feliz, era lo único que necesitaba en esos momentos.

Nunca pensó que hubiera alguien que lo complementará de la forma en la que Namjoon lo hacía, lo entendía tan bien, era muy paciente y maduro, posiblemente debido a todo lo que había vivido, no era fácil, las heridas del pasado se mantenía abiertas, y los vacíos les mantenían ansiosos por ser llenados.

—Hobi ya se ha dormido—dijo Jin acostándose en la cama, cansado.

Namjoon le sonrió, se acercó y dió un beso en su oreja.

—¿Muy cansado?

—Si me haces un masaje te lo agradecería mucho.

—Date la vuelta.

Jin obedeció, Namjoon le quitó la camisa y tomó un poco de loción, tomó un poco y la calentó en sus manos, después la pasó por su lechosa espalda, subió a horcajadas en sus piernas y comenzó a hacer presión en aquellos puntos dónde sentía nudos debido al estrés y cansancio, SeokJin gimió, eso llevo una sensación increíble en la entrepierna de Namjoon, no podía creer cómo es que perdía la cabeza estando con Jin, acarició su piel, suave y cálida, sonrió al ver cada uno de sus lunares, era precioso. Bajó el masaje a su espalda baja y acarició aquel lugar, llegó a su trasero y apretó.

Se desabrochó el pantalón, sacando su erección, la acarició, al tiempo que tomaba el trasero de Jin, terminó por bajar su pantalón de pijama y pasó entre sus nalgas su miembro, Jin jadeó elevando el trasero.

—Este masaje es el mejor—jadeo.

Namjoon palpo con la punta de su miembro la entrada de Jin, y este se hizo para atrás, comenzando a entrar, el calor, seguido de la presión, les hizo continuar, no se detuvieron a pensar en nada, tomó las caderas de Jin y comenzó con las estocadas lentas, que pronto subieron de intensidad, sus cuerpos temblaban debido a la excitación, siguió embistiendo, Jin jadeaba y gemía su nombre, Namjoon aumentó sus estocadas, haciéndolo venirse sobre la cama, tener un orgasmo que lleno el suyo, al final, se vino dentro de él, jadeando, cayó sobre su espalda para después rodar a un lado, lo abrazo y enterró el rostro en su cabello, Jin le miraba con una sonrisa adormilada.

—Este fue el mejor masaje que he recibido, podía acostumbrarme.

—Yo estaría complacido de ser tu masajista personal, te amo.

—Ahora quiero dormir—suspiró abrazándolo—. Vamos a descansar.

—Si amor.










SeokJin miró la casa de sus padres con un nudo en la garganta, era temprano, había pedido permiso para salir de la escuela, porque recibió un mensaje de su padre, diciendo que era urgente verlo, no quería hacerlo enojar, quería enfrentar lo que se venía, aunque fuese difícil. Entró a la casa, estaba en completo silencio, la dama de llaves le dijo que su padre le esperaba en la oficina, y sin pensarlo mucho, porque se acobardaria, entró, agradecía que su madre no estuviera cerca, de los dos, era la que menos se tentaba el corazón al hablar.

Su padre se hallaba detrás de su escritorio, elevó la vista de los documentos que tenía en las manos y le miró. De forma sería y severa, no había otra forma de mirarlo. Se acercó sentandose frente a él, sin bajar la mirada.

Hosadama *Namjin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora