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—Te dije que lo llevaras a un hospital o que llamaras a la policía—la voz de su hermano resonó en la cocina al momento en el que entro a esta por un vaso con agua.

Había tenido una noche muy dura, la preocupación y el temor no le habían dejado dormir, desde el momento en el que Namjoon había tocado a su puerta malherido su mente se ocupó cien por ciento en cuidar de él. Recordaba ver sus heridas, los moretones en su torso y piernas, los golpes en su rostro, limpio la sangre de su boca, ceja y nariz, pensando en por qué estaba acatando la petición del chico de no llamar a la policía o llevarlo al hospital. Como adulto responsable eso fue lo primero que debió hacer, pero al ver el semblante herido y dolido de Namjoon decidio no hacerlo.

—Baek, por favor sólo guarda silencio—suspiró tomando una aspirina, no dormir le causaba dolor de cabeza, su hermano como todos los fines de semana, había llegado para pasarlo con él y con los niños, a los cuales adoraba y porque quería huir de las reglas de su madre, quien solía ser muy dura con él. 

—Pero Jin, tú no sabes lo que este chico es, o lo que hizo para quedar asi, se ve que es un maleante, tienes que cuidar de los niños, no puedes simplemente traer a alguien a tu casa y ya ¿Y si lo buscan?

Entendía que su hermano estuviera paranoico, él mismo lo estaría si no fuera Namjoon de quien estuvieran hablando. Durante la noche, se planteó esa posibilidad, pero no tenía sentido, esa persona no empataba con el Namjoon que él conocía, así que lo desechó, estaba seguro de que todo lo ocurrido tenía que ver con su padre.

—Conozco a Namjoon y no es un pandillero.

—Si mamá se enterará estará muy molesta—susurró sin despegar la vista del sándwich que estaba haciendo.

—Mamá no se va a enterar a menos que tú le digas algo—dijo con frialdad—. Y si eso ocurre, yo tomaré mis cosas y a mis hijos y me iré, ¿Es eso lo que quieres?

—No Jinnie—dijo con un puchero.

—Entonces deja que yo haga lo que creo que es mejor—suspiró—. Tengo veintiocho años, bueno, casi, sé lo que se tiene que hacer, vigila que los niños no vayan a morir habitación.

—Está bien—dijo con seriedad.

SeokJin intentaba por todos los medios no molestarse con su hermano menor. Entendía que estaba preocupado, pero una de las cosas que más odiaba, era que le amenazara con decirle a su madre, como si ellos no tuvieran suficientes problemas. Entró de nuevo a su habitación, mirando que Namjoon había despertado por fin, se acercó a él y se sentó en la cama a su lado, los ojos hinchados del chico apenas y podían mirarlo.

—¿Namjoon-ah? ¿Cómo te sientes? —preguntó con una ligera sonrisa.

—Como si me hubiese atropellado un camión de basura—dijo con voz ronca.

—Eso es lo que quiero saber Namjoon ¿Qué paso? Quiero la verdad.

Los ojos de Namjoon se cristalizaron, sus labios comenzaron a temblar, Jin, no pudo soportar verlo de esa manera, tomó su mano con cuidado y apretó ligeramente.

—Lamento...haber molestado hyung...pero...no sabía...a donde más ir—dijo con voz contenida.

—No te preocupes por eso—negó con una mueca—. Namjoon-ah, por favor, dime qué fue lo que paso, ¿Quién te hizo esto?

—Fue...mi padre—confesó antes de tragar en seco—. Él...siempre hace esta mierda, es un maldito alcohólico y tenemos que vigilarlo...Jiminie—sus ojos se abrieron en demasía e intento incorporarse pero el dolor en su pecho se lo impidió, Jin le tomó el hombro deteniendo—. Tengo...que buscar a Jimin.

Hosadama *Namjin* Donde viven las historias. Descúbrelo ahora