Hosadama *Namjin*

20

Navidad se acercaba, todos parecían entusiasmados, menos Jimin, jamás había tenido una navidad como en las películas o series, cenaba con Namjoon algo de pollo frito y se iban a dormir temprano, porque si no lo hacían, verían a su padre llegar ebrio haciendo un desastre. Ahora, los Min parecían tener tradiciones que no comprendía muy bien y no sabía por qué eran importantes.

Estaban en el desayuno, en esos días posteriores al regreso de Yoongi, Jimin, había evitado estar cerca de él, era difícil si dormían en la misma habitación, las sensaciones contradictorias que sentía cuando estaba cerca del mayor no eran normales, le gustaba, mucho.

—Jimin ¿Acompañarías a Yoongi a hacer la despensa? Siempre olvida cosas aunque estén en la lista.

—Tienes un hijo distraído es todo..

—Ammm sí está bien—lamentablemente Sunoo no se encontraba, de ser así habría podido llevarlo.

Después del desayuno, y de limpiar, subió al auto de copiloto, Yoongi fumaba, especialmente en silencio, él trataba de ver por la ventana. Pensando, en lo extraña que era esa situación, dónde le gustaba una persona que había sido un completo extraño, pero, que le demostró mucho cariño y protección desde el primer momento.

—¿Estás molesto? Estás muy callado.

Jimin negó. —Pensaba ¿Ya tienes los regalos de navidad listos? Sunoo espera un auto de carreras a control.

—Claro, no deja de repetirlo constantemente ¿Tú qué quieres de regalo?

—¿Yo?

—Sí, ¿Hay algo que te gustaría?

—Ammm no lo sé.

—Bien, si recibes carbón no es mi culpa.

Jimin rio mirándolo. —¿Tú lo has recibido?

—Yo me portó muy bien, para tú información.

—Aja, no lo creo.

—Te lo juro, soy un ángel, sin alas.

—Lucifer también era un ángel.

—Este mocoso, aprende a respetar, soy tu mayor.

—No eres tan mayor.

—Mis veinticinco años pesan ya. Tú eres joven, disfrútalo.

—No hay nada interesante en ser joven.

—Claro que lo hay, vive a tu ritmo.

—¿Usted no vivió su juventud?

—Con el nacimiento de Sunoo, fue imposible.

—Entiendo.

Llegaron al supermercado y bajaron, Jimin llevaba en sus manos la lista, Yoongi tomó un carrito de compras y siguió a Jimin por los pasillos, a veces metía una que otra cosa para él. Veía a Jimin más tranquilo, recuperando el peso, se llevaba bien con sus padres y eso de alguna manera le tranquilizaba, no podía evitar preocuparse por él. Ya no tenía golpes, lo cual le hacía ver dulce y tierno, apenas estaba comenzando a vivir.

—¿Quieres un cereal en especial? Todos tenemos uno que nos gusta, por eso llevo tres, me gusta el mismo que a Sunoo, elige el que quieras.

Jimin le miró con ojos brillantes. —¿Puedo hacer eso?

—Sí.

Tomó uno de figuras y dulces, lo puso en el carrito indeciso, Yoongi sonrió, Jimin era dulce.

—¿Qué más falta?

—La leche, es lo último.

—Bueno. Vamos que me aburrí.