^^ Final ^^

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–Anda Sam, por favor, por favor– rogué una vez más.

–No, no puedo dejarte sola Nath, y menos por tanto tiempo– dijo ella mientras tecleaba un par de cosas en la computadora.

–Pero ya estoy bien, tú eres psicóloga y dices que mi progreso ha mejorado, solo son unos chocolates– dije haciendo mis últimos intentos para que aceptara. Comencé a mover su brazo para llamar toda su atención

Llevaba más de una hora rogándole por unos chocolates que solo hacían en Daegu, en aquella ocasión Sam había ido a ver a su madre, más bien la tumba de su madre, de regreso ella nos trajo unos chocolates exquisitos que quería volver a comer justo en este momento, pero claro, no quería dejarme sola por miedo a que hiciera alguna tontería, de nuevo.

–Nath, Nath, Nath– dijo mi nombre mientras sujetaba el puente de su nariz– Bien, comprare tus dichosos chocolates, pero vendrás conmigo.

–¡¿Qué?! ¡No! Yo no me quiero levantar del sofá– me recosté completamente y comencé a retorcerme cual lombriz– Ve tú, por favor Sam– hice un puchero.

–¿Tengo cara de que soy tu sirvienta? Me mandas a comprar chocolates que venden a tres horas o más de Seúl y para colmo quieres que vaya sola– se quejó– ¿Que crees que soy?

–Mi hermanita bella y preciosa– dije colgándome de sus hombros, uniendo su mejilla con la mía– Por favor, no haré nada, lo prometo– dije mostrando mi dedo meñique para entrelazarlo con el de ella.

–Está bien– dijo aceptando mi propuesta– Pero de regreso tendrás que sobarme los pies.

–Puaj– dije al imaginarme sus asquerosos pies en mis manos– Que asco Samantha.

–Es eso o te quedas sin chocolates– amenazo caminado hacia la puerta para tomar sus llaves.

–Está bien– dije tirándome de nuevo al sofá.

–Vale, te veo después, responde el teléfono– sentencio saliendo del apartamento.

–¡Te amo!– grité para que me escuchara, pero el silenció me indicó qué tal vez ya se había ido.

–¡Yo no!– escuche su voz a la lejanía, supongo que estaba en el pasillo apuntó de tomar el ascensor.

Después de unos minutos me asomé sobre la ventana para ver si Sam estaba saliendo del estacionamiento, pero fue inútil, claro que desde el piso treinta y dos sería casi imposible ver eso.

Mire el reloj, marcaban las doce con cuarenta y siete minutos y era viernes. Sam y yo acabábamos de terminar el desayuno, claro, si a esa hora pudiera llamarse desayuno, después de eso nos acostamos en el sofá, hasta que se me ocurrió mandarla a Daegu por chocolates, al menos eso la distraería y no arruinaría mis planes.

Decidí que era tiempo de comenzar a hacer cosas antes de que se hiciera más tarde y se arruinara todo.

Me dirigí a la habitación y saqué una maleta, no era muy grande ni muy pequeña, era funcional y ayudaba, me dirigí al armario que compartía con JungKook y comencé a buscar entre mi ropa y la suya.

¿Hará frío allá? Era primavera, casi verano, dudo mucho que hiciera frío, aún así elegí ropa abrigadora por si acaso, comencé a meter en la maleta todo lo necesario y lo que pudiera ocupar. No tenía noción del tiempo hasta que mire a mi teléfono y me di cuenta que habían pasado cuarenta minutos ¿Cuarenta minutos tarde en guardar solo ropa?

Como sea, tenía que darme una ducha rápida, me metí al cuarto del baño que estaba junto a la recámara, si era sincera, extrañaba tener el baño dentro de la habitación, aún así el apartamento era bastante cómodo y acogedor, que al mismo tiempo era amplio.

Utopia JJK. (LOVE BOOK III) [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora