^ cincuenta ^

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Anoche tuve una pelea conmigo misma, dormir en la habitación o en el sofá. Me incline por la segunda opción. Era muy extraño para mi entrar a la habitación.

–Ya voy, ya voy– dije levantándome del sofá. No volveré a pasar la noche ahí, mi cuello dolía en serio.

¿Por que las personas se empeñan en levantarse temprano? En realidad no era tan temprano, ¿Once de la mañana cuentan como temprano?

Wow, debí ponerme una chamarra, ya era casi invierno.

–JungKook– dije en cuanto abrí la puerta– ¿Qué haces aquí?

–¿Por qué no traes una chamarra?– dijo entrando y cerró la puerta con ello– Hace frío– me sentí nerviosa cuando puso sus manos en mis hombros y me guió dentro de la casa, cuando entramos sentí de nuevo el calor en mi cuerpo.

–¿Dormiste en el sofá?– preguntó mirando la manta y las almohadas. Solo asentí ante su pregunta– Bien, te traje de desayunar– dijo mostrando una bolsa de plástico.

–No era necesario– ¿Por que era así? me sentía frustrada por las atenciones que tenia hacía mi. Lo seguí hasta la cocina– Pensaba ir al súper mercado mas tarde.

–Lo sé, no hay nada, es que... casi no pasaba tiempo aquí en casa– me miro de reojo y continuó sacando dos platos– Iremos cuando salga del trabajo.

–Puedo ir sola– solté y dejo lo que hacía para mirarme– Además... tengo que ir a la academia– me sentí nerviosa ante su mirada.

–Sé que puedes hacerlo sola Nath– se acercó a mi y puso su mano en mi vientre, pero en ningún momento dejo de mirarme y yo tampoco pude desviar la vista.

Ya estaba un poco crecido mi vientre, es increíble como no noté mi embarazo antes. Aunque fuera poco mi vientre ya no estaba tan plano como antes.

–Nam me contó que el doctor te dijo que tenías que tener cuidado– su mano comenzó a moverse y dio pequeños círculos con sus dedos que me provocaron cosquillas– Yo sé que quisieras seguir bailando pero solo será por este tiempo– me dio una sonrisa, no sonrías Nath, no lo mires, no lo mires.

–Está bien, tienes razón, debo cuidarme, iré a pedir algún permiso o algo– dije dándome la vuelta al comedor para dejar de mirarlo.

–Aún puedes ir a las clases de canto– dijo poniendo las cosas que faltaban para el desayuno– Pero creo que deberías dejar de tomar clases y comenzar a enseñar tú.

–Aún falta mucho para que yo pueda dar clases– dije y me senté en el comedor.

–No creo que sea muy lejano– me sonrío y se quedó unos segundos mirándome para después reaccionar de nuevo– En fin tengo que irme al trabajo.

–Creí que... te quedarías a desayunar– dije nerviosa.

–¿Por qué lo dices? ¿Quieres que me quede?– cuestionó y no supe cómo responder a la segunda pregunta.

–Pusiste... dos de todo– dije extrañada.

–Es para ti y para el...– se quedó callado y golpeó su frente con la palma de su mano antes de soltar una carcajada que llenó toda la casa– El bebé está dentro de ti.

Miento si no digo que su distracción y su carcajada me sacaron una también a mi.

–Lo siento Nath, no he dejado de pensar en nuestro bebé– se acercó y luego se inclinó frente a mi– Adiós mi bebé hermoso– se acercó a mi vientre y dijo con un tono de voz diferente. No supe en qué momento comenzó a dejar pequeños besos en aquella parte de mi cuerpo– ¿Crees que reconozca mi voz?– su pregunta me trajo de nuevo a la tierra.

Utopia JJK. (LOVE BOOK III) [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora