^ cuarenta y cuatro ^

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Los nervios se apoderaban de mi y no sabía que más hacer en estos momentos.

–¿Te quieres apresurar Jimin?– dije exaltado.

–Cállate Jeon, mejor no digas nada ¿Quieres?– dijo con molestia– Estoy yendo lo más rápido que puedo, sería peor que nos detuvieran por la velocidad.

Quería llegar ya, quería estar ahí, aún tenía una pequeña posibilidad.

–Ya, corre, baja– dijo en cuanto pasamos por la entrada– Yo iré a estac...– no escuche el resto ya que me baje del auto.

Corrí lo más rápido que pude, esquivaba a todas las personas que estaban frente a mi y chocaba con unas más, tenía que llegar a como diera lugar.

–Disculpe señorita– llegue a una de las terminales, me gane reclamos por las personas que estaban esperando su turno, pero no tenía tiempo para eso– ¿Algún vuelo para Estados Unidos?

–Joven tiene que esperar su turno– dijo amable, pero me molesto, aunque sabía que era su trabajo.

–Por favor señorita, mi esposa está apunto de irse– suplique.

Me miro con decepción y bajo su mirada hasta su computadora.

–Salió uno a Nueva York y uno a Chicago hace unos diez minutos– dijo.

–¿Qué?– susurré para mi– Ya se fue.

–Hey, niño, muévete, tenemos prisa– dijo una señora sacándome de la fila.

Comencé a vagar dentro del aeropuerto, ella se fue.

–Pero mira quien está aquí, yo misma le dije que no vendrías– dijo alguien a los espaldas– Que mal, te retrasaste por unos minutitos– sabía que estaba gozando decirme esas palabras– Si tan solo hubieras sido más rápido como cuando la cambiaste, hubieras llegado a tiempo para decirle todas esas mentiras que tienes acumuladas.

Me giré a verla. Tenía los brazos cruzados y una sonrisa en su cara.

–Alex, te prometo que no pasó nada– dije.

–No, no, a mi no tienes que decirme nada Jeon, yo no soy la que tiene el corazón roto, soy más de las que los rompe, pero no hablamos de mi, de todas maneras yo ya estoy podrida– soltó firme– Hablamos de aquella niña con sueños, con un corazón grande y con esa sonrisa que alegra el día, hasta a personas como yo, hablamos de esa chica de la que tú te encargaste de destruir. Pero tranquilo hablamos de Nathalia, esa niña se recuperará en un pestañeo, pero tú Jeon– me analizo y comenzó girar sobre mi– Tss, tú si que me preocupas.

–¿La encontraste?– llegó Jimin con la respiración entre cortada, eso quería decir que corrió hasta aquí– ¿Alex?– preguntó al ver a la chica frente a mi.

–Sabes, me agradabas Jeon, no solo porque eras esposo de mi amiga y amigo de mi novio, te creí una buena persona– su tono de suavizo un poco– Ella era feliz, y creí que tú también, pero ahora creo que eres un estupido, ¿En serio la dejaste ir? Sé que ella...– sabía a quien se refería– Es fabulosa, y no merece mis malos pensamientos, pero Nath, vamos, ella es un ángel, tú más que nadie sabe todo lo que ha pasado ¿Y le haces eso? De todos nosotros quien no se merecía esto, es ella. Esa chica siempre fue nuestro pilar y ¿Se lo pagamos así? Sabes ahora pienso que ustedes no merecen a mis amigas. Hazle un favor Jeon, no la busques– fue lo último que dijo antes de salir de mi campo de visión.

Nos quedamos en silencio hasta que Jimin habló.

–Vámonos– dijo dando unas palmadas en mi espalda.

Durante el camino todo estuvo silencioso, y no quería, no lo quería porque mi mente trabajaba y me repetía las palabras de Alex una y otra vez.

Utopia JJK. (LOVE BOOK III) [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora