Utopia JJK. (LOVE BOOK III) [EN EDICIÓN]

^ cuarenta y tres ^

–¿Me explicas cómo te cortaste?– preguntó Max mientras curaba mis heridas.

–Se me cayó... un vaso– dije– Auch, Max me duele– me queje.

–¿Por eso la foto de tu boda está tirada?– dijo Alex con ese tono sarcástico– Iré a encender la camioneta, no tardes mucho.

Alex salió de la habitación y bajo, mientras que Max terminaba de sanar mi herida.

–Nath... ¿Tu... estás segura?– preguntó cautelosa.

–Es solo por trabajo– me levante de la cama y le di una sonrisa. Y es que no todo era mentira, si tenía que irme.

–Está bien Nath– me dio un pequeño abrazo– Te espero afuera ¿Si?– dijo y salió del cuarto.

Anoche, después de llorar un mar de lágrimas, me encargué de arreglar la casa lo mejor posible, no quería que hubiera un desorden. Incluso quite las sábanas de la cama y las reemplacé por unas nuevas. Cerré cada habitación de la planta alta, cada ventana. Poco a poco baje las escaleras y me dirigí a la cocina para cerrar la puerta trasera y apagar las luces de la cocina, el comedor y la sala de estar.

Un suspiro melancólico se escapó de mi. Era tiempo de irme, me puse mis zapatos y tomé mis llaves para cerrar la casa.

Dos vueltas, doble llave, después de eso, mire mis llaves una última vez y las dejé junto aquel tapete en la entrada que daba la bienvenida.

Baje los escalones y mire mi lugar feliz por última vez, aunque ya no lucia como mi lugar feliz, aquellas grandes ventanas estaban cerradas, con unas cortinas bloqueando la luz que a diario entraba. Deje de martirizarme y me dirigí a la puerta de la entrada, salí y como último acto, jale la puerta.

Esto era real.

Subí a la camioneta donde estaba Alex, Amber, Max y Taehyung. Dijeron que los demás ya estaban en el aeropuerto. El camino fue silencioso, en realidad no me molesto, fue muy agradable, decidí cerrar los ojos y recargar mi cabeza en el hombro de Amber.

–Hey bella durmiente, llegamos– susurró para que me despertara– Tae y Alex ya bajaron tus maletas, nos esperan.

–Oh, está bien– dije estirándome, tarde unos minutos en bajarme de la camioneta.

Los cinco entramos al aeropuerto encontrándonos con los demás chicos que nos estaban esperando, estaban todos, menos Jimin, como lo había dicho.

–Tú vuelo sale en quince minutos, ya arreglamos todo– dijo Namjoon en cuanto me vio.

–Gracias– susurré.

–Creo, que es tiempo de despedirnos ¿No?– hablo Hobi– Aunque, después de estos meses yo mismo iré por ti– dijo con una sonrisa que me contagio.

Me despedí de los chicos, todos me desearon lo mejor y ese tipo de cosas.

–Me niego a que te vayas, ya la perdí a ella y no pienso dejarte a ti– dijo YoonGi.

–¿Aún la extrañas?– pregunté.

–A cada minuto– me abrazo y correspondí– Lamento lo qué pasó.

–Ahora es feliz– me separé de él y le di una última sonrisa.

–Te acompañó– dijo Alex con un tono seco, como siempre.

Ambas íbamos en silencio, hasta que llegamos a la puerta de abordaje.

–Ya perdí a dos amigas por culpa de estos tipos– dijo con cierta molesta.

–No nos perdiste, Sam, lo necesitaba y yo, bueno, es mi trabajo– dije.

–Está bien, está bien, tienes razón pequeña Nathalia– despeino mi cabello– ¿Hay algo que pueda hacer por ti?

–No, no creo...– comencé diciendo, en realidad si había algo que podía hacer por mi– Tú abogado.

–¿Mi abogado?– preguntó con una mueca que no reflejaba otra cosa que no fuera confusión.

–Si, quiero... el divorcio– solté.

–Wow, ¿Estas... estás segura?– preguntó, al parecer no sé lo creía.

–Si, no quiero nada de dinero, la casa se la puede quedar el, de hecho, todo, solo quiero que el pueda ser libre– dije, mi corazón dolió al decir aquellas palabras.

–Bien, eso facilitará los trámites, no tienen hijos, y no estás pidiendo nada de los bienes, es posible que en menos de una semana ya tenga los trámites de divorcio– dijo– Me encargaré de eso.

–Gracias Alex, no tengo como pagarlo– dije.

–Mientras tú estes tranquila, no hay ningún problema– dijo y sacó un pequeño sobre amarillo– Ahí puedes llegar, rente un apartamento para ti.

–¿Qué?– mire aquel sobre– No puedo aceptarlo.

–¿Que dices? Anda, tómalo Nathalia, no tienes a donde llegar– dijo mientras desviaba la mirada.

No hice nada más que abrazarla, esta era una de las pocas veces en las que correspondía a mi abrazo, Alex no era tan dura como aparentaba.

–Esto no es como las películas– soltó– Deja de voltear, si hubiera venido, posiblemente ya lo hubiera hecho antes.

–¿De que hablas?– pregunté nerviosa.

–No creas que no te he visto, desde que llegamos estás mirando la entrada para ver si llega por ti, pero Nath, date cuenta ¿Si?– dijo y asentí– Corre que vuelo ya está por salir.

Me despedí por ella una última vez y subí al avión. Tomé mi asiento y mire por la ventana mientras el avión despegaba.

–En tanto tú seas feliz, yo también lo seré– dije antes de cerrar los ojos.

Una parte de mi se sentía triste, pero otra, se sentía tranquila, sabía que hacía lo correcto, y bueno, no podré olvidarme de él, pero yo también tenía derecho a ser feliz, y no, no me refiero a buscar pareja, simplemente sonreírle a los problemas hacen que sean más sencillos.

Eso era lo que decían mis padres y yo les creo.