siete ^

44 5 3
                                    

–Mis padres dicen que no debo ir con extraños– Hablo siguiendo mis pasos.

–Pero no soy un extraño, y lo sabes, sabes que me conoces– Me giré para verla, quedamos frente a frente– A lo que va mi siguiente pregunta ¿Por qué no estás sorprendida?

–Bueno, pues yo...– su cara se comenzó a tornar roja lo cual provocó que una tierna sonrisa apareciera en mi cara– Eres una persona, como yo, ¿Por qué debería de sorprenderme?– soltó y avanzó dejándome ahí.

–Hey, espera– tome la funda de su guitarra– Lo digo por esto– señalé el pequeño pin con el logo de mi banda.

–Eso, eso no, no es nada– intentó cubrirlo– Además Jeon Jungkook, Eres de carne y hueso como yo, no vienes de otro planeta, y sueltas gases como cualquier humano– dijo muy rápido.

–¿Que tienen que ver los gases con esto?– pregunté trancando de aguantar la risa.

–Los sueltas ¿o no?– dijo.

–Pues, pues si, pero no hablemos de mis gases– hable apenado.

–¿Lo ves? No tendría porqué sorprenderme– alzo los brazos– lo que me sorprende es porque no estamos yendo por la hamburguesa que prometiste– dijo cruzando los brazos.

–Bueno vamos– la guíe por los hombres– Apuesto a que llegarás a tu casa gritando, ¡Conocí al precioso Jeon Jungkook!– imite la voz de una chica.

–Error, error, lo primero que haré será dormir– abrió la puerta del local y entre después de ella– Espera, espera– dijo ansiosa.

–¿Que pasa?– pregunté.

–¿Que pasa si hay periodistas?– se cubrió la cara e intento salir del local, eso hubiera sido si no se hubiera estampado con la puerta.

No pude evitarlo, solte una gran carcajada llamando la atención de las personas, no tanto como ella lo había hecho, sin dejar de reírme me acerqué a ella, me arrodillé a su lado.

–¿Siempre eres así de torpe?– pregunté entre risas quitándole las manos de la cara.

Para mi sorpresa me miro con los ojos apunto de soltar lágrimas y un puchero.

–No, no, ¿Que pasa? No llores– de inmediato pare de reírme– Ven conmigo– la tome de los codos y la ayude a levantarse, después la lleve a la mesa.

Cuando estábamos sentados su cara cambió totalmente, comenzó a reírse sola.

–¿Que te pasa?– pregunté asustado.

–¿Viste eso? Apuesto a que fue muy gracioso, claro, si no me hubiera estampado.

–¿Te lastimaste?

–No, bueno, me duele un poco el trasero, no puse las manos al caerme– dijo restándole importancia– ¿Ya ordenaste?– preguntó.

–No, ahora voy– me levante y fui por nuestra orden.

Llegue con comida como para alimentar a una escuela, pero algo me decía que esta chica tenía buen apetito, no es que esté pasada de peso, incluso puedo decir que tiene lindo cuerpo, ¿Que estás diciendo Jeon?

–¿Ya me dirás tu nombre?– pregunté.

–¿De que tengo cara?– dijo.

–De que si no te doy mi hamburguesa eres capaz de comerte mi mano– hable.

–¿Que comes que adivinas? Pero no, tengo modales, aunque no lo parezca, no soy un cavernícola, pediré tu hamburguesa de una manera más formal.

–Yo creí que aún tendría mi hamburguesa– dije.

–Jungkookie, Golden Maknae, ¿Me darías un poco de tu hamburguesa?– comenzó a pestañear como en los dibujos animados con una "tierna sonrisa".

Golden Maknae, ¿Quien podría resistirse a eso?– En realidad no me pude resistir a su sonrisa.

Sin dudarlo se acercó a mi a dar una gran mordida a mi hamburguesa, no tuve problema con ello, parecía que estaba comiendo con alguno de los chicos, alce la mirada y tenía las mejillas llenas de comida con los aderezos en sus comisuras.

–Espera, déjame...– tome una servilleta y limpie las manchas que adornaban su cara– Listo, ya está.

–Gracias– dijo tímida y se sonrojó.

–No es nada, ¿Puedo preguntarte algo?– dije y movió la cabeza asintiendo– ¿De donde eres?

–De Busan– dijo contenta.

–¿En serio? Yo también.

–Lo sé– alzo los hombros– puedo disimular, pero soy fan– soltó una pequeña risa.

–Eso lo sé, pero no pareces tener rasgos asiáticos– me recargue en el respaldo.

– Ah, te refieres a eso, mis papás eran mexicanos, y en su romántica historia de amor, decidieron mudarse a Corea, lo sé, bastante lejos– dijo antes de que hablara.

–¿Ellos saben que cantas?– señale la guitarra con la barbilla.

–Ellos me enseñaron, de hecho me inscribieron a la academia de arte– dijo, la tranquilidad con la que hablaba se fue en un dos por tres– ¡¿Que hora es?!

–Las cuatro, casi las cinco, ¿Por qué?

–¡¿Que?!– comenzó a tomar sus cosas y salir de la tienda.

–¡Espera!– dije y fui tras ella.

Corría entre la multitud de personas y yo detrás de ella, suerte que soy Jeon Jungkook y tengo buena condición física, si no ya hubiera muerto de cansancio, mi pregunta es, ¿Por que ella aún no se cansa?

Tengo dos teorías, tiene buena condición física o ya sé acostumbro a llegar tarde y por eso no le parece difícil correr.

Llegamos a la academia de artes, la conocía porque está algo cerca de la agencia, cuando pasó por aquí suelo verla.

–Gracia... gracias por la hamburguesa– dijo con la respiración cortada, yo estaba igual.

–No fue... nada, ¿Me dices por qué corremos?

–Tengo clase– apunto al edificio detrás de ella– tengo que irme– se acercó y me dio un beso en la mejilla como despedida.

Un momento... ella huele tan bien, es... ¿Vainilla?

–¡Mañana te veo aquí a las dos! Es mi turno de pagar la comida– gritó mientras entraba al edificio.

Que día tan raro y que chica tan extraña.

Utopia JJK. (LOVE BOOK III) [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora