ocho ^

42 4 3
                                    

–Eso no se vale, es mi turno Jeon– me queje cuando pateo el balón– ya no quiero jugar a esto– me senté en el césped.

–Vamos chica sin nombre, deja de hacer berrinches– se paro junto a mi.

–¿Y si no que Jeon?– me crucé de brazos.

–Me iré, y me llevaré mi balón, ademas tú fuiste la que me cito aquí.

–No, no te vayas, quedan dos horas para la siguiente clase– pedí.

–¿Qué? No, tú solo me quieres para distraerte– hablo indignado.

–¿Tienes algo mejor que hacer?– me pare frente a él.

– Podría estar jugando Overwatch y no con una niña berrinchuda como tú.

–¿Que dijiste? Ahora la que se quiere ir soy yo, Adiós Kook– comencé a caminar al lado contrario.

–¿Que? No, ¡Bájame Jeon!– dije en cuanto me cargo en sus hombros como costal de papas.

–Vamos, cállate, llamas la atención– hablo entre dientes.

–¡Me secuestran!– grite.

–Cállate– me bajo de golpe– ¿Quieres conocer a los chicos o no?

–¿Que? ¿Chicos? ¿Tú hablas de ir a la agencia y conocer a Bangtang?– pregunté emocionada.

–Si, pero sólo si dejas de llamar la atención.

–¡Vamos! ¡Corre!– tome su mano y lo guíe lo más rápido que pude.

–Indiscreta es tu segundo nombre ¿Verdad?– dijo detrás de mi.

–No– me paré frente a él sosteniendo aún su mano, ¿Puedes creer que esté agarrando la mano del mismísimo Jeon JungKook?– De hecho no tengo segundo nombre, pero Nathalia Indiscreta queda bien– seguí con mi camino.

–¿Te llamas Nathalia?– preguntó.

–Seeep– canturreé.

–¿Y tus apellidos?

–¿Eres muy curiosito no Jeon?– dije.

–Solo quiero saber el nombre de mi secuestradora, para después hacer mi denuncia– hablo.

– Ha Ha Ha, que chistosito, es Romero Paz.

–¿Qué? ¿Tu apellido no va primero?

–No genio, en México el apellido va después– me detuve en media calle– Oye, ¿Donde está la agencia? Ya me canse.

–Al parecer la niña no es tan inteligente– ahora era el quien me guiaba, pero aún me llevaba tomada de la mano.

Recordé en donde estaba y con quien, sabía que muchas chicas del fandom podrían atacarme por estar así con el, así que sin pensarlo más solte su mano y metí mis manos en las bolsas de mi sudadera.

El miro extrañado, pero no dijo nada e imitó mi acción, en fin ambos íbamos caminando callados, no era incómodo, más bien raro.

–La señora Cho te mando esto– hable extendiendo la bolsa de pastelillos que me mando para JungKook– Y yo te compré esto– extendí la leche de plátano que traía en mi mochila.

–¿Es... Para mi?– abrió grandemente sus ojos.

–Si, bueno, le conté a la señora Cho que me invitaste a comer ayer, la verdad es que si no fuera por ti, hubiera comido hasta que llegara a casa.

–¿Quien es la señora Cho?– preguntó.

–Es complicado, es como mi abuela– seguí caminando y el se apresuró a seguir mi paso.

Utopia JJK. (LOVE BOOK III) [EN EDICIÓN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora