En el gran salón del hogar del Tigre Blanco se estaba llevando a cabo una cena en honor de los próximos esposos.
Lan Wangji echó un vistazo a la bebida que se le había ofrecido, un fragante líquido que estimulaba su sentido del olfato en gran medida.
-No es licor- le dijo Wei XianWu quien estaba sentado a su lado, ver la expresión contrariada de su prometido le hizo sonreír-Puedes beberlo con confianza.
El más joven recargó la barbilla en la mano mientras observaba al jade.
-Es fermentado de raíz de loto con melocotón- indicó -Debe beberse muy caliente, es típico del invierno.
A Lan Wangji le fue imposible esconder el gesto que la explosión de sabores le causó dentro de la boca cuando finalmente el líquido hizo contacto con su lengua, incluso sus mejillas pálidas tomaron un ligero color rosado.
-Es delicioso ¿No es así?
Los húmedos labios se curvaron y cómo estaba siempre demasiado consciente de todas y cada una de las cosas que su prometido hacía, en especial cuando estaba cerca de él, contuvo al instante el aliento.
-Mh- murmuró Lan Wangji, un largo suspiro abandonó su cuerpo, dejó la taza sobre la mesa de nueva cuenta.
-Excepcional- comentó, dando por terminada la degustación tan particular de la que era partícipe, sin embargo para Wei Ying, la curiosa elección de palabras le hizo reír por lo bajo, su voz tan armoniosa como los sonidos de los instrumentos musicales que los deleitaron en el salón.
-Es un producto muy famoso de aquí- le contó, toda vez que él mismo bebió, se inclinó hasta llegar al oído de Lan Wangji -Se dice que es bueno para la estamina.
Se rió entre dientes después de decir aquello -No es que mi Da GuangXie la necesite por supuesto.
Wei XianWu se congratuló por su habilidad de romper el gesto impasible de Lan Zhan cuyo rostro parecía estar gritando.
-Desvergonzado- dijo efectivamente tras una larga mirada que aunque en la superficie denotara desaprobación, por la manera en que Lan Wangji apretó la mano de Xian que estaba sobre su muslo supo que disfrutó del breve intercambio.
-Da GuangXie- la voz del señor sacó a la pareja de la pequeña burbuja que crearon alrededor, por la sonrisa en el rostro del amo era evidente que había notado las acciones de los jóvenes.
-Es menester preguntar si contaremos con su familia para la ceremonia.
Era una pregunta válida, hasta el momento no mencionó jamás a su familia, ni su origen en realidad.
Wei Ying pareció contener la respiración, lo hacía casi en automático cada vez que salía el tema a la luz, sabiendo que era una cuestión difícil para Lan Wangji. Sin embargo antes de poder intervenir, la voz del otro se le adelantó.
-Me temo que no- se encontraba tan compuesto como siempre -Vengo de un lugar muy lejano.
El amo de aquellas tierras conocía poco de Lan Wangji pues tenía una coraza impenetrable, pero como a Wei XianWu podía leerlo a la perfección; supo por causa de sus hombros tensos y su mandíbula apretada que esta no era una situación cómoda.
La señora, que había escuchado todo inclinó la cabeza, las plumas doradas del tocado sobre su cabeza brillaron todavía más en esa posición.
-Debe ser difícil estar lejos de casa- dijo ella, como era una extranjera probablemente podía entenderlo mejor que nadie.
-A veces- reflexionó, volvió el rostro en dirección a Xian por un instante -Pero ahora esta es mi familia, este es mi hogar.
El sentimiento de amor y la calidez que nació dentro del corazón de Xian, irrumpió en cada fibra de su ser como un torbellino imparable que barrió con la tranquilidad de su rostro en el cual, por primera vez desde que era un niño; apareció una sonrisa como aquella que rindió a la nación a sus pies, deslumbrante como la flor de loto blanco que se asoma sobre las tranquilas aguas al llegar la primavera.
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Más allá de los acordes del guqin
RomanceLan Wangji era un cultivador de renombre, provenía de una secta respetable, tenía modales perfectos y, a su corta edad ya era un héroe de guerra con un futuro brillante. ¿Por qué este hombre, epítome de la gracia y de los valores traicionó a su sect...