[M] Capítulo 41

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Capítulo 41

Los pies desnudos de Lan Wangji dejaban profundas huellas en la nieve mientras caminaba entre la espesura de los árboles en dirección al estanque termal dónde su esposo lo estaba esperando. Habían llegado a la cabaña en lo alto de la montaña y a pesar de que se trataba de un camino largo y accidentado, en compañía de Wei Ying había resultado un agradable paseo.

Escuchó la suave voz de su esposo tarareando una canción desconocida y pudo ver su figura entre el vapor, Wei Ying se dio la vuelta al notar su presencia y sólo entonces Lan Zhan se percató de que sus mejillas estaban rojas por el calor y a pesar de que su cabello negro bajaba suelto sobre sus hombros hasta el agua como una cascada, era claro que su joven esposo estaba desnudo.

-¡Lan Zhan!-dijo con entusiasmo, retirando algunos mechones sobre su rostro y de su gran sonrisa nació una risa suave, muy divertida. El más joven nadó hasta él alojandose en la roca sobre la cual estaba de pie-Lan Zhan, ¿Por qué todavía llevas eso encima?

Los ojos pícaros, dulces y sinceros de Wei Ying hicieron temblar el cuerpo de Lan Zhan sin remedio.

Esos mismos ojos se abrieron en sorpresa cuando le mostró la Sonrisa del Emperador que traía en la mano, era la misma que aquel mercader le había regalado por la mañana, pensó que a Wei Ying le resultaría agradable acabar con ella en su compañía y por eso es que la había tomado antes de partir a este pequeño retiro.

-¡Ah!-exclamó el más jóven sin poder evitarlo y se echó a reír, deleitando los oídos de Lan Wangji. El más joven aprovechó para buscar el camino entre sus piernas y acariciar sus muslos cuando Lan Zhan se sentó y dejó los pies dentro del agua-Esto sólo puede significar que quiere algo de mí.

El semblante de Wei XianWu cambió enseguida, su rostro estaba lleno de angustia lo cual tomó a Lan Zhan por sorpresa.

-¿Qué más podría tomar el gran General Lan de este Príncipe en desgracia?...¡No me queda nada! ¿Acaso ha venido a llevarse lo último de mi dignidad?

Los puños de Lan Zhan a sus costados y sus nudillos se volvieron blancos cuando los apretó debido a la contención de su cuerpo, de repente todo estaba demasiado caliente y ni siquiera el dramatismo en las palabras de Wei Ying aplacaron el deseo que se apoderó de su cuerpo en ese momento.

Dejó de ser Lan Zhan y se convirtió en este acto, en el poderoso General Lan. Ya su corazón estaba latiendo tan rápido que tantos años de entrenamiento en la cultivación parecían estar siendo tirados a la basura en favor de la fantasía de su esposo.

-Estas a mi merced-le dijo con la voz oscurecida por el deseo. Con las manos temblorosas, Wei Ying o como se había llamado a sí mismo, Príncipe en desgracia, rindiéndose a su destino, se inclinó por delante y acarició la entrepierna de Lan Zhan con la boca, aparentemente ignorante de como hacerlo apropiadamente, a pesar de Wei Ying el que era esposo de Lan Zhan, era muy versado en este aspecto de su repetida postración diaria.

El agua caliente que goteaba del cabello del más joven ya había humedecido la tela y a través de ella era posible ver el miembro furiosamente enrojecido. Lan Wangji forzó al Príncipe en desgracia a frotarlo sobre la tela con sus labios, empujandolo abajo mientras los sostenía por el cabello.

Wei Ying se quejó con un sonido lastimero y a pesar de que estaba siendo humillado al extremo por este amo ficticio, todavía se atrevió a oponerse y a endurecer su cuerpo para que Lan Wangji no tuviera más remedio que aplicar más violencia.

En algún punto ya la túnica se había abierto y había sido obligado a tomarlo enteramente y ahora mismo Lan Wangji arremetía vigorosamente contra una garganta que lo recibía tan familiarmente que era imposible mantenerse dentro de los márgenes de su fantasía, el mismo Wei Ying parecía haber olvidado su papel y competía contra él por el dominio de esta situación, intentando rendirlo a través de las caricias de su lengua y el cierre de su garganta alrededor suyo porque sabía que efecto podía tener en él.

Más allá de los acordes del guqinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora