[M] Capítulo 25

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El cabello de Lan Wangji era acariciado lentamente por Wei Ying quién hundió los dedos entre los mechones y los recorrió de esta manera hasta el final.

Sus ojos grises estaban perdidos desde hace rato en las orbes cristalinas del hombre en su regazo, quien lo miraba con ternura y lo que a él le parecía el más grande amor.

-Eres tan hermoso...- le dijo sin pensar siquiera, deslizó sus dedos por encima de su mejilla blanca y tocó su boca con el pulgar como se le había hecho costumbre en las últimas semanas.

Un pequeño gesto apareció en los labios de este, se veía que estaba feliz, atrapó la mano que le estaba acariciando la cara y besó sus nudillos.

¡Qué cosas tan sencillas hacía Lan Zhan para provocar tanto amor! El sentimiento calentó su corazón, se mordió el labio inferior y él también le otorgó una sonrisa para corresponder el cariño que le daba.

La euforia por su reciente compromiso no les permitió marcharse a descansar como correspondía y habían terminado aquí, en el salón de los textos antiguos dándose cariño alejados de ojos curiosos. Wei Ying se inclinó para iniciar un beso profundo, acarició los labios de su amor con los suyos y cuando Lan Zhan enredó sus lenguas, moviendolas con el mismo ritmo, el corazón de Wei Ying se aceleró.

Pasados unos instantes, Lan Zhan dejó ir el enrojecido labio inferior que había tomado con los dientes, se sentó frente a Wei Ying y volvió a buscarle, ansioso de más contacto ante lo cual este no pudo hacer más que corresponder y aferrarse al cuerpo de Lan Zhan para fundirse con él.

Este lo sentó en su regazo y enredó los brazos alrededor de su delgada cintura. Para ese momento ya la energía desbordaba del cuerpo de ambos y cuando Wei Ying pretendió deslizar las manos por debajo de Lan Zhan para quitarle el cinturón, la mano de este le detuvo con un firme agarre por lo cual Wei Ying dejó de besarlo y le miró a los ojos cuestionando el por qué.

Lan Zhan miró en dirección al jardín.

En ese momento Wei Ying comprendió, estaba preocupado de que alguien pudiera verlos.

Estando en esa posición, acarició el rostro de su amor llevando el cabello de este detrás de sus orejas y besó su frente que quedó al descubierto. Para sorpresa de Lan Zhan este no se veía preocupado, Wei Ying se levantó de la comodidad del cuerpo de su prometido quien le siguió un par de pasos hacia al balcón.

Una pequeña pero traviesa sonrisa estaba dibujada en el rostro de Wei Ying, levantó la mano a la altura de su pecho, junto dos dedos y cerró los ojos. Lan Wangji frunció el ceño cuando las hojas y los árboles, junto con el estanque y la luna comenzaron a desvanecerse frente a sus ojos y quedó únicamente roca gris como las otras paredes del salón. Ante este fenómeno Lan Wangji caminó adelante y extendió la mano, tocando la pared que parecía moverse como las aguas de un claro y sin embargo era firme.

Sólo entonces escuchó un murmullo que venía de la boca de Wei Ying, se giró en dirección a él quien pareció notarlo y cerró la mano en un puño, inmediatamente la imagen desapareció y nuevamente el balcón estuvo por delante.

Wei Ying sonrió pues parecía divertirse demasiado.

-¡No me mires así!- le pidió -Esto no es nada diferente de lo que haces tú.

Ciertamente él aparecía y desaparecía a voluntad las cosas que estaban en la bolsa versátil que siempre traía consigo.

-Verás, esta no es una ilusión. El jardín realmente está aquí- explicó mientras agitaba su abanico y lo extendía hacia el balcón -Es la pared la que ha cambiado su voluntad y nos permite manipularla.

Más allá de los acordes del guqinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora