Capítulo 69

11 3 0
                                    

- ¿Estás seguro de poder suspenderlo todo para quedarte? – pregunta Inés cuando nos quedamos solos.

- Ahora tengo unas semanas libres, ya lo sabías.

- ¿Cuántas semanas? – Pregunta desconfiada.

- Tenía tres semanas y he conseguido ampliarlas un par más.

- ¿Cómo lo has conseguido?

- Tranquila, eran entrevistas y actuaciones en programas de televisión. Está aplazado- No quiero que piense que estoy sacrificando mi carrera porque no lo estoy haciendo.

- ¿Seguro? No quiero que renuncies a ninguna oportunidad- Me acerco a ella y la abrazo besándola.

- Ninguna oportunidad merece la pena si no estás a mi lado. Ahora mi oportunidad es cuidarte y estar contigo.

Intento que Inés descanse tanto como me es posible, porque ella está empeñada en hacer cosas en casa continuamente.

- Inés, estoy acostumbrado a limpiar yo, así que estate quieta en el sofá y deja ese trapo- Le quito el trapo con el que se disponía a limpiar los muebles del salón.

- Pero no quiero que lo hagas tú todo- Protesta.

- Siempre lo he hecho yo todo, así que no me importa.

Finalmente, casi la obligo a sentarse y termino yo de limpiar toda la casa.

Inés tiene que ir a revisiones todas las semanas y la doctora nos tranquiliza diciendo que todo va bien, pero que no puede dejar de hacer reposo.

Los padres de Inés vienen a visitarnos casi a diario e incluso Rober viene de vez en cuando con una actitud bastante distinta a la que ha tenido siempre hacia mí.

Una tarde, Arantxa y Roberto me llaman a la cocina mientras Rober y Eli se quedan con Inés en el salón.

- Hemos estado pensando en el futuro- No quiero tener esta conversación con ellos y menos después de la introducción de Roberto- Sabemos que puedes mantenerlas sin problemas y que Inés tiene su trabajo, pero quizá podríais pensar en venir unos meses a casa cuando nazca la niña y tú tengas que marcharte a trabajar.

- Sabéis que Inés no quiere- Yo prefiero quedarme en nuestra casa, formando nuestra familia, pero sería capaz de aceptarlo si fuese la decisión de Inés.

- Quizá tú puedas convencerla. Sois muy jóvenes para ser padres y podemos ayudaros- Arantxa en mucho más directa que su marido.

- Creo que podemos hacerlo y yo no voy a irme dejándolas solas. Inés y yo lo hemos hablado y ellas pueden venirse conmigo a Barcelona- Los dos me miran sorprendidos con esa decisión.

- ¿A Barcelona?

- Sí, mi trabajo está allí y los meses que esté Inés de baja, podemos estar juntos- Entiendo que les preocupe no ver a su hija y a la niña- Pero no os preocupéis, vendremos a menudo y siempre podéis venir cuando queráis. Estamos mirando un apartamento más grande.

- No podéis iros a Barcelona- Dice Roberto con autoridad. Le dirijo una mirada con la misma autoridad.

- Yo creo que sí que podemos, pero hablaré con Inés. Haremos lo que ella diga.

- Intenta convencerla, si tú se lo pides, ella lo hará- Pide Arantxa.

Me quedo callado para no responderle que yo no quiero pedirle nada, que estamos bien solos y que podremos cuidar de la niña sin su ayuda.

Cuando se marchan, decido hablar con Inés del tema, aunque ya sé su respuesta.

- Ya he hablado con ellos cien veces y les he dicho que no vamos a ir a su casa. Me voy contigo a Barcelona- Inés está enfadada y parece que lo está pagando conmigo.

Reescribiendo el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora