Capítulo 51

12 3 0
                                    

Jason demuestra que está a la altura de las circunstancias, o incluso está por encima.

Nicky me acaba de enviar un mensaje diciéndome que está aquí. Se ha subido al primer avión que cruzaba el océano para venir con ella.

Cuando pienso que la especie humana ya no puede sorprenderme, aparecen personas como ellos y hacen que me replantee todo lo que he pensado de la gente durante mi vida.

Desde que recuerdo, las personas me han hecho daño. Puedo contar con los dedos de una mano los pocos que me han ayudado alguna vez y todos han sufrido por estar cerca de mí.

Cuando conocí a Nicky, eso comenzó a cambiar. Ella y su familia me aceptaron desde el principio. Apareció Marco y los compañeros del restaurante. Incluso Manu y Alberto hacen que yo me sienta como si no estuviera a la altura de ser su amigo y me siento culpable por no contarles quién soy en realidad. Si mi propio padre quiso matarme, ¿cómo voy a ser importante para las personas que simplemente coinciden en el mismo sitio que yo?

Jason acaba de llegar y sé que necesitan espacio para estar juntos y para hablar, así que llamo a Manu para quedar con él.

- ¿Qué pasa? – me pregunta preocupado. Quedamos a menudo para ir a hacer ejercicio, pero desde que Nicky no se siente bien, he dejado de ir con ellos.

- Nada. Acaba de llegar el novio de Nicky y quiero dejarles espacio. Necesitan hablar. ¿Puedes quedar para tomar un café o algo? – pregunto explicándole el motivo por el que no voy a casa.

- Ven a mi casa. Seguro que no has dormido mucho esta noche. Podrás descansar un poco- Dudo un segundo antes de aceptar su ofrecimiento, pero al final quedo con él para que me envíe su dirección- ¿Sabes dónde es?

- Sí- le habría dicho que he recorrido la ciudad entera un millón de veces, pero no les he dicho que vivía en la calle. Saben que no tenía nada, pero no que era un vagabundo.

No es Manu quien me abre la puerta, sino su hermano Hugo, que me hace pasar.

- Mi hermano está en la habitación- dice gritando el nombre de Manu para que salga.

- ¿Es necesario gritar así? Intento estudiar- una chica de unos quince años se asoma desde una habitación.

- Y te presento a mi encantadora hermana Lucía- Dice Manu burlándose de la chica- Hermanita, te presento a Sergio.

La chica se me queda mirando sin decir nada. Está como congelada.

- Hola- saludo con timidez.

- Normalmente habla y se mueve, incluso, algunas veces, todo a la vez- Manu se burla de su hermana y Hugo ríe también.

- ¡Sois idiotas! ¿Por qué no me has avisado que venía? ¡SAM está en mi casa!

- Precisamente para evitar este numerito- dice Manu- Vuelve a estudiar. Sergio, ven, vamos a la cocina. Te invito a un café.

- No hace falta que siga estudiando, no soy capaz de entender nada- Dice Lucía.

- ¿Qué estabas estudiando?

- Las Leyes de Mendel

- ¿La herencia? – Lucía asiente sorprendida, pero Manu me mira como si acabase de aterrizar en una nave espacial- tráelo, recuerdo algunos trucos para aprenderlas.

- ¿Tú? – pregunta Manu sorprendido.

- ¡Oye! Que no era un mal estudiante. Era problemático, pero no soy tan tonto como parezco- Lucía trae su libro y, mientras Manu prepara el café, le explico los trucos mnemotécnicos que utilizaba para aprenderlos.

Reescribiendo el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora