Capítulo 35

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Estoy bastante nervioso con la visita del hermano de Nicky. Ella y Jason me han dicho que me Andy me caerá bien, pero yo no estoy seguro de caerle bien a él.

Camino hacia casa pensando en lo que voy a encontrarme y valoro la posibilidad de que se niegue a que siga viviendo allí.

Entro en casa y veo la maleta de Andy. Nicky y él están en la cocina y ella me llama.

- Tenía muchas ganas de conocerte- dice Andy hablando despacio para que pueda entenderle. Me sorprende con un abrazo- no conozco a muchas personas que decidan cuidar de Nicky de manera voluntaria, así que tienes toda mi admiración- Nicky le mira enfadada y le da un empujón- ¿Has comido? Yo estaba muerto de hambre. Siéntate con nosotros.

- He comido antes, pero tengo hambre- reconozco. Miro a Nicky, que me sonríe contenta y me siento con ellos.

La expresión de Nicky cambia cuando sus hermanos o Jason están cerca, es como si se iluminase.

- Bueno, ¿cómo lo llevas con Nicky? ¿Te da mucho trabajo? – pregunta Andy comenzando a comer.

- No mucho, se porta bien- digo intentando seguir la broma, pero no se me da muy bien eso de bromear. Nicky me mira sorprendida por mi respuesta.

- ¡Claro que me porto bien! – protesta como una niña pequeña y me hace sonreír. Es graciosa.

- Claro que sí, todavía no te has peleado con nadie ni has hecho ninguna estupidez- empieza a decir Andy con ironía- ¡Ah! ¡No! ¡Espera!, que sí que te has peleado y te trajiste a un chico desconocido a casa- Andy no la está riñendo, más bien se ríe de la situación.

- A un chico, no, a un sintecho- especifico yo. Andy me mira y sonríe.

- Bueno, sin entrar a valorar dónde vivías en esos momentos, eras un desconocido y te arrastró a su casa.

Andy no se parece demasiado a Nicky en su manera de ser, es más similar a Jason y, si me hubieran preguntado, habría dicho que eran ellos dos los hermanos.

Bromea continuamente, siempre está sonriendo y Nicky está feliz.

- Voy a descansar un rato antes de irme a trabajar- creo que ha llegado el momento de dejarlos solos disfrutando de su compañía.

- ¿No vas a tocar? – pregunta Nicky.

- Hoy no, esta noche empiezo a trabajar en la discoteca- ya le comenté a Nicky la posibilidad, pero no sabía que empezaba ya. Me mira y sonríe.

Me sigue al salón y aprovecho para hablar con ella ahora que su hermano no nos escucha.

- He visto que tu hermano ha dejado aquí sus cosas. Sacaré las mías de la habitación para que pueda utilizarla él.

- ¡Ni hablar! Viene solo unos días, puede utilizar el sofá.

- Tu hermano no va a dormir en el sofá, si no duerme en la cama y yo en el sofá, me quedaré en la calle hasta que vuelvas de tus vacaciones – espero que la amenaza funcione.

- No puedes quedarte en la calle, estamos en pleno invierno y hace frío – me encojo de hombros, ella no puede obligarme a venir a casa. Depende de ella - De acuerdo, tú dormirás en el sofá.

- Vale, voy a sacar mis cosas.

- Ibas a descansar.

- Sí, en el sofá- digo con una sonrisa. Creo que es la primera vez que le gano una negociación.

Reescribiendo el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora