Alicia prefiere dormir durante el día y protestar por la noche, así que llevo un par de días sin descansar demasiado para que Inés se recupere mejor.
Tengo que ir a una entrevista en la radio, está cerca y no será mucho tiempo, pero todavía no me he separado de ella ni un segundo desde que regresé de la gira y estoy dudando si la aplazo de nuevo.
- Tienes que ir. Yo estoy bien y puedo quedarme un par de horas sola- Insiste para que vaya.
- ¿Seguro? Puedo quedarme, pedir que la hagan por teléfono o algo- Yo no estoy convencido de dejarlas solas. Ya he hecho varias entrevistas telefónicas estas semanas.
- Creo que te pasas de sobreprotector. Manu, llévatelo y sácalo de casa un rato- Manu asiente sonriendo.
- Vamos, "papá", Inés tiene razón. Arréglate y nos vamos- Manu me arrastra hacia el baño.
- Puedo llamar a tus padres para que se queden...- Voy diciendo mientras Manu sigue empujándome.
- ¡Ni lo sueñes! Se pasan aquí la vida, déjame descansar un rato de ellos- Rechaza Inés riendo.
Antes de marcharme paso de nuevo a verlas para asegurarme de que estarán bien.
- Vete tranquilo. Yo estoy algo cansada y voy a dormir un rato mientras Alicia duerme también- Me quedo con ella hasta que se mete en la cama con la niña.
Manu va casi regañándome de camino a la emisora de radio por ser demasiado protector con ellas.
- Tienes que dejarle un poco de espacio, la estás agobiando- Dice reproduciendo palabras de Inés.
- No puedo, necesito saber que están bien. No quiero perderlas. No soportaría perder a nadie más- A él puedo confesarle mis miedos.
- No les va a pasar nada. Simplemente relájate un poco y disfruta de la felicidad. Te mereces ser feliz de una vez por todas.
- No puedo, siempre he tenido esa sensación de pérdida y ahora me da miedo ser tan feliz. Estoy cumpliendo todos mis sueños y siento que esto no puede ser verdad. Mi vida siempre ha estado marcada por el sufrimiento y me cuesta creer que pueda ser tan feliz.
- Pues, ¿qué necesitas para saber que es real? – Manu aparca el coche y señala hacia la puerta de la emisora donde se encuentran algunas personas esperándome.
- No puedo pedir más- Digo con una sonrisa al verlas. Manu tiene razón, tengo que disfrutar de los regalos que me está haciendo la vida.
Saludó a las personas que me esperan con la ayuda de Manu, que no se separa de mí en ningún momento.
La entrevista me resulta divertida y amena y termino cantando con algunas de las versiones que he estado tocando en la calle los últimos años.
Creo que Inés tenía razón y necesitaba salir un poco y volver a trabajar. Me siento mucho mejor durante el trayecto de vuelta a casa.
- ¿Quieres que te acompañe? – Pregunta Manu parando el coche en la puerta.
- No, vete a casa. Mañana hablamos- Salgo del coche y nos despedimos.
Al llegar al rellano escucho a Alicia llorar y miro la hora con una sonrisa. Las nueve, hora de despertarse para amenizar nuestra noche hasta la madrugada.
- ¡Ya estoy aquí! - Digo desde la puerta. Alicia para de llorar un segundo para respirar y la escucho berrear de nuevo en nuestro dormitorio- Inés, ya veo que se ha despertado para la cena- Bromeo llegando a la puerta de la habitación.
Lo primero que percibo es ese olor tan familiar y que despierta mis recuerdos y mis pesadillas. Lo recibo como un golpe que casi me tira de espaldas contra la pared y me veo obligado a sujetarme en el marco de la puerta. La niña llora e Inés permanece dormida a su lado.
ESTÁS LEYENDO
Reescribiendo el destino
Teen FictionSergio es una de esas personas que ha nacido sin suerte. Todo lo que puede salir mal, saldrá mal, pero un encuentro ocasional puede llegar a cambiar su suerte para siempre o quizá no del todo. (Borrador sin revisar) Historia vinculada a la saga de L...