Capítulo 59

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Entro al hotel y sigo las instrucciones de Inés de subir directamente a su habitación como si fuera un delincuente colándome para robar un banco.

Toco a la puerta y, al ver su cara, todas mis inseguridades desaparecen. Ella sí que quiere que esté aquí.

- Tenía miedo de que ya no quisieras venir a estas horas- Los dos nos miramos y le sonrío.

- He estado esperando tu llamada hasta que me he dormido, pero necesitaba verte.

Los dos nos quedamos mirándonos fijamente antes de abrazarnos.

Tenerla entre mis brazos es como volver a sentirme en casa. No me había dado cuenta de que la he echado de menos. He estado toda la vida sin ella, pero desde el día que nos encontramos de verdad, desde el día que estuvimos juntos, siento que ella ha estado siempre a mi lado. Ha sido una constante en mi vida apareciendo detrás de cada esquina para recordarme que estaba a mi lado, aunque yo nunca lo había entendido porque estaba empeñado en alejarla de mí.

- ¿Me has echado de menos? – Me pregunta mirándome a los ojos.

- Y ¿tú a mí?

- Siempre- sonrío y la beso como si no lo hubiera hecho nunca.

Cada uno de sus besos es un descubrimiento, es como si estuviera robando la mala suerte a mi destino. Ella es capaz de hacerme sentir feliz. Más feliz de lo que he estado nunca.

En un solo gesto nos quedamos sin camisetas y no soy consciente de haber llegado a la cama.

Nos devoramos como si no fuésemos capaces de respirar por separado.

Nunca he sentido este deseo por nadie, esta necesidad de otra persona y me asusta perderla, pero a la vez me siento seguro a su lado. Ahora sé que no puedo estar lejos de ella, que no puedo estar vivo si ella no está conmigo.

La noche pasa demasiado rápido para los dos sin casi tiempo para disfrutarnos después del tiempo que hemos pasado separados.

- ¿Tienes que irte mañana? – Pregunto con miedo acariciando su cabello. Es negro y tan suave que no puedo dejar de tocarlo.

- Debería, no creo que sea el momento de que mi jefe sepa esto- Hace una pausa- de que nadie lo sepa.

- ¿Te avergüenzas de mí?

- ¿Qué dices? ¡Eres tonto! ¡Nunca me avergonzaría de ti! Me siento orgullosa de ti, pero no quiero que nadie piense que me aprovecho de ti para avanzar en mi carrera.

- ¿Cómo vas a aprovecharte de mí? Yo no puedo ayudarte.

- De verdad que eres increíble. No puedo creer que no te des cuenta de lo que estás empezando- La miro un poco desconcertado- Todos estamos viendo tu futuro menos tú. Ya eres una estrella, solo deben conocerte

- Yo no soy nada, solo intento hacer algo bueno, algo que haga que la muerte de Alicia por salvarme merezca la pena.

- Tú ya eres algo bueno. Ella te salvó y tu vida merece la pena.

Empiezo a llorar con sus palabras dejando salir todo lo que siempre he escondido en lo más profundo de mi ser.

Inés no me dice nada, solo me abraza haciéndome sentir seguro y querido hasta que nos quedamos dormidos.

- Inés, despierta, ¿a qué hora tienes que irte? – Me acabo de despertar al escuchar golpes en la puerta- Inés, están llamando a la puerta.

- ¿Qué? ¿Qué hora es? – Miramos el reloj, son las ocho y cuarto- ¡Nos hemos dormido! – Siguen llamando a la puerta- Tengo que abrir, seguro que es Pablo, escóndete, no puede verte aquí.

Reescribiendo el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora