Capítulo 33

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Que Jason esté aquí es mucho menos incómodo de lo que pensaba cuando imaginé tener aquí al novio de Nicky. Hace que me sienta como si estuviera en mi casa, pero no quiero que él piense que es un invitado.

Nicky se ha ido a clase y yo me he quedado limpiando en casa mientras Jason duerme.

- Dime en qué te ayudo- levanto la cabeza del mueble del salón al que estoy quitando el polvo y lo encuentro esperando órdenes para limpiar.

- No tienes que hacer nada, deberías estudiar- sé que debe estudiar para no perder clases con el viaje.

- Necesito despejarme un poco y, sabes que tú tampoco tienes que limpiar para estar aquí.

- Me siento mejor si lo hago, además, estoy acostumbrado, he vivido en pisos compartidos los últimos años.

- ¿Nunca has tenido una familia? – no parece que pregunte por cotillear, sino con un interés real.

- Supongo que la tuve hasta que murieron, desde los diez años...- me quedo callado.

- Bueno, puede ser peor, mis padres siguen vivos y he compartido casa con ellos, pero no tuve una familia hasta que conocí a los Parker, ellos son la única familia que he conocido.

- ¿Son todos iguales? Como Nicky, me refiero- asiente con la cabeza.

- Creo que puedes imaginar lo que se siente cuando sabes que no te quieren, que no importas o que solo molestas- no puedo imaginar que hable de sí mismo- pues yo me sentía así con mis padres y no tengo hermanos, supongo que afortunadamente para ellos. Los conocí cuando tenía seis años y cuidaron de mí. El padre de Nicky era, bueno, yo imaginaba que era mi padre de verdad, deseaba que lo fuera. Era el mejor padre del mundo, cuidaba de sus cinco hijos a pesar de tener que levantar una empresa de la nada. Me trataba como a uno más de ellos.

- ¿Qué pasó cuando murió?

- Liam, Nicky y yo teníamos diez años, Andy doce y Dave diecisiete. Charlie tenía dieciocho años y estaba terminando su primer año en la universidad. Hubo un accidente en la obra en la que trabajaba, una grúa le cayó encima- me quedo callado y continúa hablando perdido en un recuerdo doloroso- Se los llevaron a un centro de acogida, a todos menos a Charlie. Nunca he visto a nadie más triste y me quedé con él. No podía verlo tan triste y yo no era capaz de pensar que los había perdido y me había quedado solo. Removió cielo y tierra hasta que los trajo de nuevo a casa. Renunció a su carrera y a su juventud y se convirtió en su padre y, bueno, también en el mío.

- Tiene que ser bueno saber que alguien te quiere, que se preocupa por ti y me alegro de que Charlie te cuidase. Tuviste suerte.

- Lo sé, mucha suerte, y tú ahora también. Nicky se preocupa por ti y eso supone que puedes contar con sus hermanos también.

- Me dan un poco de miedo, si yo fuera ellos, no me fiaría de alguien como yo.

- Bueno, la que manda es ella- dice riendo- si ella se fía de ti, ellos no pueden llevarle la contraria.

- La verdad es que ella también me da miedo. El día que me dijo que viniera, cuando nos encontramos en la playa, pensé que estaba loca y que me arriesgaba yo más que ella- Jason se ríe al escucharme y asiente.

- ¿Por qué decidiste hacerle caso? – sonrío antes de contestar.

- Lo primero, me recordó a mi hermana y pensé que Alicia nunca me haría daño y, bueno, lo segundo, la había visto pelear contra tres chicos y me daba mucho miedo llevarle la contraria.

Reescribiendo el destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora