Midoriko entró a los calabozos de su palacio, guió a Naraku quién cargaba con el cuerpo frágil de su joven hija. Kagome estaba inconsciente. Pensaron que sería lo mejor para que guardara silencio.
Al final del oscuro lugar, Midoriko se paró frente a las rejas y sus ojos buscaron a alguien pacientemente. —Levantate Takemaru, tengo una tarea para ti —Le dijo en voz alta, esperando a que el hombre se levantara de su sueño.
Abrió las puerta del calabozo y adentro, Naraku amarró a Kagome de sus manos y pies, y después la dejó acostada en un futon.
Mientras, Takemaru se había levantado mirando con confusión y algo de miedo a su ex mujer y al hombre que la acompañaba, por último a la niña que dejaron amarrada e inconsciente. —¿Qué haces? ¿Quién es ella?Midoriko sacó de su traje un cascabel y estiró su brazo para que lo tomara. Con duda el lo hizo y ella comenzó a dictar su tarea. —Vas a cuidarla, en cuanto despierte vas a mover este cascabel. Naraku llegará.
—P-Pero es solo.. una niña —Su cara estaba pálida. Estaba asustado, ¿qué cosas horribles planeaba la sacerdotisa?
Midoriko asintió. —Sí, es sólo una niña —Miró a Kagome y después a Takemaru—. Nuestra pequeña hija.
Las pupilas del hombre se encogieron y un escalofrío le recorrió el cuerpo. Midoriko no expresaba ninguna emoción, pero sabía que era incapaz de mentir. No tuvo la oportunidad de conocer a su única hija porque sólo pudo pensar en escapar del castillo antes de que se derrumbara. Midoriko dió a luz y luego falleció.
—¿Por qué la traes a un lugar como éste y la amarras? ¿No es tu hija? —Dijo con algo de desesperación. Esa hermosa jovencita, es su única hija. Es algo negativo que su propia madre la ponga en un calabozo.
—Su nombre es Kagome —Midoriko cerró la puerta de nuevo—. Debería de despertar para la cena. Si no es así, lo más seguro es que hasta mañana.
—¡Respóndeme! —Takemaru golpeó la reja. Estaba furioso y confundido—. Has vuelto a la vida y pudiste aprovechar eso para buscarla y tener una vida tranquila a su lado, pero a cambio de eso vienes y la encierras en un calabozo como si no fuera nada para ti. ¿Sabes cuanto hubiera deseado poder conocerla en una mejor circunstancia y poder cuidarla? —Agarró la mano de la sacerdotisa y la apretó. La miró con tanta desconfianza. Su mano estaba fría—. Dime quién eres, tu no eres mi esposa.
—Hmph.. —Se soltó del agarre. Lo miró fijamente, sacando de nuevo aquel destello rojo.
Él sabía muy bien que algo no encajaba. Ese hombre que siempre sigue a Midoriko es extraño y ella actúa completamente diferente. No cree que sea tan fatal como para que ella quiera destruir el mundo. Ella es humana, una sacerdotisa. Es imposible que quiera ese destino para su propia raza. Entendía el odio hacia los demonios, el también los odiaba. Pero ella estaba actuando justo como uno.
Traer a su propia hija a un calabozo.. era sólo algo que un demonio haría.
Midoriko no dijo ni una palabra y se fue, dejó a Takemaru con Kagome y así también él aprovechó para mirar con atención a la muchacha.
Esa era su hija, se veía demasiado hermosa y se sentía feliz de que haya podido sobrevivir. Solo le preocupaba la existencia de su madre en ese mundo. Quería lastimarlos a los dos y parecía que especialmente a ella porque estaba amarrada.
No sabía que hacer. Cómo podía solucionar el gran peligro al que se va a enfrentar el mundo.
Ojalá eso pudiera terminar y entonces, cuando sean libres pueda conocer mejor a Kagome. Quizás puedan vivir juntos y recuperar el tiempo perdido.
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¿De donde viene nuestro odio? || Sesshome
FanfictionUn total malentendido que viene del pasado provoca una enemistad que no tiene razón ni lógica y que con el tiempo va perdiendo fuerza para transformarse en sentimientos humanos. Sesshomaru y Kagome, tendrán que pasar por ciertas situaciones juntos...