—Conseguí esto para ti.
Con la boca entre abierta, miró el arco en las manos masculinas. No era un arco común y corriente como el que solía utilizar, era uno.. mágico. Desprendía una energía muy superior y pesada, y estaba cubierto de escamas duras. Con los ojos brillantes como si fuera un niño recibiendo un regalo, acercó sus manos con suavidad.
—¿Crees que si pueda sostenerlo?
—Yo creo que sí, pero ahora debes de demostrarlo.
La energía de un dragón que había quedado sellado durante muchísimos años gracias a Inu No Taisho salía de él, se sentía caliente y se sentía un odio profundo. Insegura, puso una mano en él recibiendo una fuerte descarga por todo su cuerpo. Cerró los ojos por la horrible sensación, pero no separó su mano de él.
—Si eres capaz de eliminar la energía del Espíritu Dragón para concentrar la tuya, entonces es tuyo.
—¿E-Espíritu Dragón? —Abrió sus ojos asombrada, esa reacción activó sus poderes tan rápido que ni siquiera pudo darse cuenta del alivio tan grande que su cuerpo recibió cuando la energía del dragón se desvaneció. Había purificado las energías de un demonio milenario.
Sesshomaru le dió una mirada de aprobación. Ya no podía sentir la presencia agobiante del antiguo dragón en el arco. Kagome había podido contrarrestar un poder enorme con sólo poner una mano.
Emocionada ella sonrió y vió con detalle su nueva arma. —¿Dónde lo conseguiste? —Preguntó con los ojos achinados de tanto sonreír.—Le dije a Totosai que creara un arma adecuada para ti. No puedes guardar tu poder ni incrementar la fuerza en tus flechas con un arco tan inútil como ese. —Se quitó su armadura y luego tomó asiento—. Con ese arco.. podrás proteger esta aldea.
Sintió ternura, se acercó a él y se puso de rodillas. —Gracias —Tocó su rostro con cariño. Era en serio, estaba demasiado agradecida. Nunca pensó que un arco podría estar limitando sus poderes pero recordó la conexión que Sesshomaru tenía con su espada Tokijin y la manera en la que podía desprender todo lo que guardaba con ella. Sesshomaru no respondió, sólo asintió con su cabeza.
Kagome salió de la casa, habían vuelto porque Sango y Miroku estaban allí. Por suerte, este último había despertado luego de que su herida fue cocida y desinfectada. Había sido cortado con la espada de Sango.
Corrió la cortina cuando llegó a la casa donde estaban ambos recuperándose, allí encontró al monje con Shippo.
—¿Cómo te sientes? —Con una sonrisa amable caminó a él. Tenía mucha tristeza marcada en el rostro, junto a algunos golpes. No se veía muy bien, estaba ojeroso y con los labios secos.
—Estoy bien, señorita —Respondió desde su lugar. La exterminadora estaba a un lado, todavía inconsciente. La herida en el abdomen era muy importante, ni siquiera sabían si alguno de sus órganos había sido dañado o no. De vez en cuando le daban agua aunque estuviera dormida para que no se deshidratara.
La sacerdotisa, tomó de un estante un pañuelo y un ungüento que había preparado con las otras mujeres para ponerlo en la herida cada cierto tiempo.
Odiaba ver a sus amigos en este estado, InuYasha estaba sellado al otro lado del país y ellos estaban muy lastimados. ¿Cómo podría compensar eso?Era imposible no echarse la culpa. Al final todos entraron en esa pelea por ella, su madre finalmente pudo descansar pero ni siquiera pudo prevenir que Naraku volviera.
Con un suspiro, se hincó al lado de la exterminadora y abrió su ropa. Quitó la tela manchada de sangre que cubría la herida, tomó el agua limpia que siempre estaba ahí y humedeció el pañuelo para limpiarla. Sintió su corazón siendo apretado por la culpa y la tristeza. Terminó de limpiar la herida y se levantó para guardar las cosas.
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¿De donde viene nuestro odio? || Sesshome
FanficUn total malentendido que viene del pasado provoca una enemistad que no tiene razón ni lógica y que con el tiempo va perdiendo fuerza para transformarse en sentimientos humanos. Sesshomaru y Kagome, tendrán que pasar por ciertas situaciones juntos...