Capítulo 60

7.3K 1.3K 773
                                    

— No cargues eso, para esto están nuestros hombres, si te urge algo, entonces estoy yo. — Mencionaba Jungkook mientras arrebataba de las manos de Taehyung una pesada caja haciendo que el menor resoplara cansado.

Desde dos noches atrás cuando él vomitó el día de su boda, Jungkook se había vuelto extremadamente sobre protector al punto en que Taehyung se estaba sintiendo un poco asfixiado. Lo comprendía, sabía el motivo tras sus actos y que poco podría evitarlo, mas era un poco incómodo.

— Amor, solo vomité por todo lo que bebí, no estoy en cinta, no tengo ningún otro malestar, estoy en perfectas condiciones. Además, en caso de que sí estuviera embarazado, no soy un omega que necesita de todos esos cuidados y excesos mimos. Tengo la misma fuerza física que tú, una caja no me va a hacer daño.

— Sé que no te hace daño, solo...

— Solo dame un poco de espacio, me estás sofocando, Bul. — Comentó avanzando hasta él para tocar su rostro y sonreírle, haciendo el intento de quitarle la caja para colocarla en el suelo aunque fue el propio pelinegro quien la dejó. — En un rato cuando vengan Jimin y Yoongi me haré las pruebas para salir de dudas.

Jungkook había querido esa misma noche salir corriendo a buscar alguna prueba, el castaño no se lo dejó fácil. Al día siguiente, logró convencerlo de que recién se acaban de casar, lo menos que merecían era pasar todo un día juntos sin pensar en algo más. Al siguiente, ahí estaban, supervisando la mudanza aunque no necesitaban llevarse prácticamente nada porque su nueva vivienda estaba ya perfectamente amueblada y condicionada.

Todo lo que llevaban eran algunas cosas personales o de trabajo, sus oficinas fueron lo más importante. Al principio fue gracioso y lindo ver el actuar de su ahora esposo alfa, pero conforme las horas iban pasando, su paciencia iba mermando.

No es que tuviera prejuicios hacia ellos, pero no era un omega y le molestaba que lo estuviera tratando como haría con uno. Ya el pelinegro le había explicado que solo eran sus instintos mezclados con su propia personalidad debido a la emoción que guardaba por volver a ser padre, por tener sus cachorros con el licántropo que amaba. Aun así, eso le incomodaba.

Que lo quisiera proteger, que estuviese al pendiente suyo estaba bien, siempre lo habían hecho y le agradaba, lo que no le gustaba era que todo se estuviera triplicando. Toda su vida vivió como un alfa, se sintió como uno gran parte de su mentalidad también era como la de cualquier alfa aunque esto poco tuviese que ver con la casta en realidad.

Ahora sabía que era un Theta y estaba perfecto, ya se había acostumbrado a la idea. Sabía que si dejaba salir sus feromonas los omegas continuaban reaccionando a él como si fuera un alfa muy potente. Conocía que esta también afectaban a los alfas de forma diferente a como lo haría el aroma de un omega u otra clase. Todo por la sencilla razón de que estas provocaban su lado sexual más salvaje, no se sentían directamente intimidados como si fuera otro alfa con el que luchar a muerte, solo querían retarlo, follar y ser follados aún sin saberlo. Él sacaba ambos lados de quienes compartían la cumbre de la jerarquía con él.

Eso no significaba que por provocarles eso automáticamente tuviera "su lado omega" como escuchó a uno de sus hombres comentar. Tampoco por tener la habilidad de salir embarazado se convertía en uno, no lo hacían los Kappa, Ksi, Epsilon, mucho menos los Theta. Le molestaba esos constantes pensamientos clasistas. Estaba seguro de quién era, no tenía complejos o inseguridades, simplemente era molesto, cansino.

Su esposo no era así, lo sabía, no obstante, sin poder evitarlo, terminaba tratándolo de ese modo olvidando el hecho de que estaban en igualdad de condiciones física y mentalmente. Ni siquiera tenían confirmación de que aquel único vómito significara que estaba en cinta. De hecho, ni siquiera sabían si él realmente lograría quedar embarazado aunque fuese Theta y tuviera esa posibilidad.

Between WolvesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora