Capítulo 73

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— Sal de arriba de mí, Bul. — Se reía Taehyung alejando a su esposo. Ya había pasado casi un mes desde que dio a luz, pero tal parecía que desde entonces el Alfa había sido hechizado.

Cuando no estaba sobre el Theta, estaba sobre sus hijos, cualquiera de los seis o todos al miso tiempo. Pasaba el tiempo con ellos, ahora, una Ryujin recuperada quería cargar a sus hermanos como si estos fueran un muñeco al cual mecer. Estaba enamorada de sus hermanos menores y esto solo llenaba más el pecho de su padre.

— Quería solo un besito. — Le hizo un puchero que el menor no pudo ignorar, inclinándose para besarlo bajo la atenta mirada del resto que estaba en la mesa, incluyendo a un Seokjin que si bien seguía sin interactuar así fuera con la vista con Taehyung, había dejado de discutir al respecto desde su regreso. — Me voy a verlos.

— Están durmiendo. — Musitó el peliblanco viéndolo levantarse de la mesa.

— Lo sé, solo iré a verlos. ¿Me acompañas, Nam? Vamos a ver a nuestros hijos. — El alfa peligris asintió levantándose.

— Como los despierten, los voy a poner a los dos a dormirlos, porque costó trabajo que cerraran sus ojos. — Espetó Jimin serio. — Se los advierto, no pienso levantarme, así que miren a ver lo que van a hacer. — Namjoon solo sonrió aunque por un segundo dudó. No importaba si se despertaban, jugarían con ellos.

Yoongi negaba divertido al lado de su sobrino, habían pasado muchísimo tiempo juntos, cada uno aprendiendo más del otro, fortaleciéndose. Jimin continuó hablando con Seokjin mientras el beta que se acomodaba en el pecho del élder del Ártico, resoplando porque en menos de una hora tendría que retomar sus obligaciones. Después de lo ocurrido, tuvieron que hacer una gran limpieza y la contratación de nuevos licántropos era un poco difícil porque las investigaciones eran exhaustivas.

Olisqueando al peli naranja, el mayor arrugó la nariz, percibiendo un aroma diferente de él. Era natural que después de haber sido marcado por él, algunas cosas cambiaran gracias a su genética, pero debía acostumbrarse a ello.

El teléfono del Theta sonó, todos quedaron con un poco de trauma tras lo sucedido por lo que, teléfono que sonara, teléfono que todos miraban, justo como en ese instante. Se rieron cuando vieron al peliblanco reírse, levantándose de la mesa para irse a su oficina. Dio su mejor actuación, no quería que nadie se diera cuenta la leve alteración que sufrió su cuerpo cuando notó que era el número de su otro destinado.

Como siempre, la llamada culminó antes de que le diera tiempo tomarla o pensar sobre ello, no obstante, esta vez, Taehyung se la devolvió cuando se encerró por completo en su oficina. Sentado en su silla, contuvo la respiración hasta que escuchó la voz al otro lado de la línea.

— Alfa. — Se sentía el alivio, la alegría, esa emoción con la que Lee Taeyong batallaba por controlar. — Me alegra saber que estás bien. S-Supe que te convertiste en pa-padre, que eres un Theta, felicitaciones. Lo siento si sigo diciéndote Alfa.

— Gracias y no te preocupes por eso, puedes llamarme así. — Susurró Taehyung controlándose, recuperando su serenidad. — Me enviaste un mensaje tiempo atrás que necesitábamos hablar. ¿Eso sigue así o la urgencia ya pasó?

— No puede ser por teléfono, sino personalmente. Necesitamos vernos.

— Tienes prohibida la entrada a Corea del Sur. No podrás hacerlo legalmente sin la autorización del Alfa de Alfas porque sabes que los asuntos de esta índole incluso se tratan con las altas esferas de los humanos. — Respondió estudiando el tono de su voz.

— Lo sé, por eso, tenemos dos opciones, como líder del Ártico me ayudas a entrar al país o nos encontramos en el exterior. — Antes de que el peliblanco que estudiaba las posibilidades de ese pedido respondiera, la puerta de su oficina se abrió y se vio obligado a colgar.

Between WolvesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora