Capítulo 1

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— ¿Qué estamos haciendo aquí? — Preguntaba Park Jimin quitándose de arriba todos esos lobos y humanos que se le acercaban a medida que caminaba a través de ese maloliente y cutre club donde ambas especies convivían aún cuando los humanos en su mayoría, ignoraban la presencia de los descendientes de lobos en su mundo, viéndolos únicamente como algo de ciencia ficción taquillera. — ¡Aléjate! — Empujó a un beta que se le acercó más de la cuenta de forma vulgar.

No sabía si era muy buena o mala suerte el hecho de que sin importar la especie o casta, él fuera un omega que atraía a la pluralidad pero esto era algo que le desagradaba. Su carácter no era tan tierno como todos imaginaban al verlo u olerlo, no encajaba en el estereotipo de omega en su totalidad. La belleza y su dulce aroma hacían que todos cayeran ante él pero al conocerlo, muy pronto sabían que estaba muy lejos de ser aquello que esperaban.

Su lugar en el consejo de su manada fue algo que se ganó a pulso contra todos los pronósticos pero, para suerte suya, fue juzgado únicamente por sus capacidades y conocimientos, no por su casta y rango.

— ¿Sí recuerdas que mañana a primera hora tienes una reunión con el líder de los Mul? — Preguntó tirando de la camisa de Taehyung justo en la puerta del salón reservado para él. — El alfa Mul podrá ser muy tu padre pero es mi jefe, no pienso perder mi trabajo, Taehyung.

— No lo perderás, yo pronto tendré que ser el líder, ¿cierto? Eso significa que aunque te despidan yo te restituiré en tu puesto. Además, haré todo lo que está en mis manos para protegerte, siempre me puedes echar la culpa, aunque estoy seguro que no dirá o hará nada. — Respondió dándole una sonrisa al beta designado a atenderlos aún cuando sabía que su padre jamás se quedaba tan tranquilo. — Por favor, compórtate como mi mejor amigo y no como mi asesor o más bien, el espía que mi padre puso a mi lado para controlarme.

— Es un idiota el que crea poder gobernarte.

— Eso solo tú lo sabes pero, dejemos que los demás lo sigan ignorando. Todos fingimos en algún momento determinado de la vida para lograr nuestros cometidos. No importa la especie, el rango, animal o individuo. — Jimin rodó los ojos deshaciéndose de su chaqueta, lanzándola a una butaca vacía antes de dejarse caer en el sofá. — Así me gusta.

— Tenemos nuevos trabajadores que podríamos poner a su servicio esta noche si desea. — Comentó el dueño del club que aparecía por detrás del beta que los atendía. — Para los mejores, lo mejor.

— Gracias pero sabes que mis presas las cazo solo aunque haya nacido en manada. — Contestó el alfa casi ignorando su presencia. — Cuando de diversión se trata, verbi gratia, cortejo o vienen a mí por gusto, no por obligación o mandato. Por lo tanto, te agradecería que dejaras de intentar emparejarme con tus empleados y familiares en un intento de acercarte a la cúspide jerárquica que deseas pero no puedes tener, Lucas.

— ¿Está seguro? Ahora incluso tenemos alfas en nuestra nómina. — Hizo caso omiso a las palabras que dejaban al descubierto sus intenciones. Sí, él podría ser un lobo sin manada deseando entrar en una, formar una propia o alcanzar el liderazgo de alguna pero, a diferencia de la mayoría de los lobos solitarios que se dejaban morir, él tenía formas de alcanzar sus metas.

Los ojos de Jimin por primera vez se elevaron cambiando de color, sus uñas se tornaron garras y, en el momento que iba a brincar hacia el lobo que hablaba, Taehyung sostuvo con fuerza su muslo izquierdo para mantenerlo en su sitio.

Una estruendosa carcajada llenó el lugar y por primera vez, el castaño buscó directamente la mirada del sujeto. Siendo el dueño de ese lugar, uno de los que más frecuentaba por la asquerosa mezcla de esencias que imposibilitaba diferenciar alguna, no le sería difícil darse cuenta que él, sexualmente hablando, prefería a los alfas.

Between WolvesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora