Capítulo 35

13.1K 1.8K 1.9K
                                    

Taehyung no supo si fue él quien empujó a Jungkook hacia atrás o si fue el contrario quien tiró de él, pero de repente el Alfa estaba recostado en la cama. No necesitaba tiempo para pensar, no pensó en absoluto y casi no le permitió acomodarse correctamente. Solo siguió a su compañero para besarlo de nuevo, acostado encima de él, un muslo entre sus piernas, un brazo por la cabeza de Jungkook, la otra mano sosteniendo su cuello con fiereza, los brazos del pelinegro envolviéndolo por el torso acercándolo más.

No era suficiente y se estaba ahogando. Era un Theta poderoso, pero aun así necesitaba respirar y no lograba hacerlo dentro de ese desordenado beso. Un jadeo abandonó su garganta, pero en el segundo en que volvió a tener aire en los pulmones, sus labios regresaron a los de su Alfa. Duros, desesperados aunque Jungkook pretendiera no estar sintiendo como sus sentidos se entorpecían por momentos al igual que ocurrió en su primer encuentro once años atrás.

El Theta tenía la fuerza para arrastrarlo hacia el estro junto con él, no importaba que a él le restaran aún dos meses para su rutina, todo insinuaba que estaba a punto de entrar en una forzada por la de su pareja.

La espalda de Taehyung se arqueó sin que él se diera cuenta, sus caderas se mueven encima de las contrarias, haciendo salir ese maldito y bendito sonido de nuevo, ese gemido que salía de los labios de su Alfa. Gruñó, intentando evitar que sus caderas se movieran para no desobedecer a quien intentaba mantenerlo en su sitio, pero no pudo. Todo su cuerpo se retorció descontrolado y las manos del pelinegro estaban bajando por su espalda hasta sus caderas sin detenerlo.

— Joder... — Musitó en voz baja, la lengua de Jungkook saliendo y arrastrándose hasta su mandíbula donde dejó un casto beso justo antes de morder sin mucha profundidad.

Sus dientes continuaron surcando su piel, mordiendo su hombro, pecho, zonas no comprometedoras a las que después le pasó su lengua, dándose cuenta de que las heridas cicatrizaban rápido sin pasarle la lengua, mucho más cuando lo hacía. Esto no era demasiado novedoso, para muchos animales esto era así, más los lobos, sin embargo, una vez más notaba que la cicatrización de ellos en los últimos días estaba siendo mucho más veloz.

Desde aquella noche en donde casi acaban con sus vidas, él había estado cicatrizando más pronto de lo normal. Cuando Taehyung encajó sus dientes en su glúteo y luego pasó la lengua, vio como esta casi cicatrizó por completo, lo mismo con la mano que hace un rato mordió, ahora solo una leve marca quedaba. Eso le parecía sospechoso y con justa razón por que, uno de los poderes del Theta radicaba en su saliva, esta ayudaba a que la sanción en ciertas heridas fuera casi instantáneas, otras tardaban mucho más.

¿Por qué Jungkook también estaba sanando aquellas que le hacía a su pareja?

Dos razones, el cuerpo del descendiente de la Diosa Luna tenía una capacidad de curación que casi triplicaba a la de un lobo promedio. Las cuatro fases principales de la cicatrización en él ocurrían a una velocidad que podría parecer inaudita.

La segunda razón, porque aunque en pequeñas cantidades por la ausencia de un lazo físico, desde aquella noche en que hizo el intento de reclamarlo, había mezclado varias de sus propiedades genéticas con él. Entre ellas, mayor reproducción de carga enzimática en su lengua, así como una alteración considerada de sus agentes probióticos. Estas bacterias vivas contribuirían al equilibrio de su flora intestinal y potenciarían su sistema inmunológico.

— Alfa... — El llamado de Taehyung lo sacó de su corta cavilación, admirando su perfecto que contenía solo unas pequeñas líneas rojas, como si minutos atrás él no hubiese enterrado allí sus caninos. — ¿Ocurre algo?

— Solo estoy redescubriendo a mi Theta. — Musitó con una sonrisa que desapareció en cuanto sus bocas se volvieron a unir y él envolvió el eje contrario, mano cálida y apretada.

Between WolvesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora