Capítulo 37

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— Llegó tu alfa... — Entró Jimin a la oficina de un Taehyung perdido en papeles. — ¿Lo hago pasar?

— ¿Es esa una pregunta siquiera, Chim? — Elevó la mirada con una sonrisa, volviendo acto y seguido a concentrarse. — Por supuesto, él llega incluso justo a tiempo.

— Bueno, supongo que ahora que no tenemos alfa furiosos y excitados por la rutina de un Theta, tu alfa no corre peligro y puede entrar libremente.

— ¿Vas a seguir sacándome que mi rutina alborotó al resto de los alfas que pudieron olerme? — Jimin fingió no entender lo que se le decía. — Ya deja de bromear con eso, jodes mucho.

— El Alfa Bul tendrá mucha competencia.

— Yo no compito con nadie, yo compito conmigo mismo. — Entró Jungkook sorprendiéndolos, notando como los dos amigos se miraban cómplices. — No iba a esperar toda una eternidad a que se me permitiera la entrada para ver a mi Theta. — El pelinegro se sentó en el escritorio para inclinarse y darle un beso a su pareja sin éxito. — ¿Qué sucede?

— Bul, no te lo pienso repetir una vez más. Bá-ja-te, de mi mesa... A ti tampoco te gusta que me suba a la tuya y ahora mismo estaba trabajando, cómo vas a llegar y... — Sus palabras se vieron interrumpidas en el momento que el pelinegro tiró de su cabello y lo acercó haciendo rodar la silla, mordiendo ambos labios antes de besarlo y liberarlo.

— Yo definitivamente me retiro. — Comentó Jimin después de ver la escena con ojos bien expectantes.

Ya en la puerta, miró a Taehyung por encima del hombro de Jungkook y llevó ambas manos empuñadas a los costados de sus caderas para simular fuertes embestidas mordiéndose los labios, logrando que el castaño rompiera en una carcajada infantil y su novio se volteara, encontrándose con un Jimin serio que acomodaba pulcramente su cabello.

— ¿Se estaba burlando de mí? — Indagó viéndolo alejarse. — Ese omega en verdad me saca de mis casillas.

— Justamente por seguirte refiriendo a él de esa manera, mirarlo de esa forma es que Jimin y tú siguen sin hacer las pases. Es el destinado de tu mejor amigo y mano derecha, además, es el mejor amigo de tu pareja, ese es mi omega.

— No me gusta que le digas mi omega. — Se levantó Jungkook frunciendo el ceño.

— No comiences a ponerte celoso por mi omega, ya te dije que eso siempre será así, aunque sea tuyo y te ame con todo mi ser. — Se levantó de su asiento para seguirlo por la habitación y abrazarlo. — Mi alfita bravito es lo más lindo que he visto en siglos.

— ¿Quién dice que estoy bravo? No se haga ilusiones, Theta. — Comentó con falsa seriedad alejándose de Taehyung mientras este intentando besarlo. — No quiero beso, ve y pídeselo a tu omega.

— ¿Cómo podemos ser a veces tan infantiles? — Negó peinando su cabello viendo al pelinegro sonreír y volver a esconder su sonrisa rápidamente? — Un beso o te muerdo una nalga.

— Dime algo que no hagas a cada instante, así qué gracia. Cada vez que estoy desnudo te crees que son un chicle y comienzas a mascarlas.

— Bueno, en mi defensa, son deliciosas. Además, no cuenta porque siempre te curo y lo hago solo para escucharte gemir, nunca he clavado mis caninos con intención de desgarrarla sin ayudarte a cicatrizar como lo hago siempre. — Rebatió elevando una ceja tal cual lo hacía el pelinegro, entrando en una guerra de miradas que ambos perdieron cuando comenzaron a reír al unísono. — Ven aquí, Bul. — Jungkook esta vez se dejó abrazar e incluso besar.

Ambos sostenían sus rostros con ambas manos, pero como si se pusieran de acuerdo, permanecieron solo apretando sus mandíbulas, provocando a sus lenguas sin dejar que el otro tomara la delantera. Les era imposible no reír, pero ninguna cedía, lo máximo que conseguían eran unir la parte plana de sus lenguas. Al menos no hasta que Taehyung le hizo cosquillas para desestabilizarlo y pegarlo con fuerza a la ventana.

Between WolvesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora