Capítulo 23

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~La oportunidad de amar~

Si se preguntan sí, aún estoy en casa de Izan.

He tenido la oportunidad de dialogar con Eleanor y traté de preguntarle qué había pasado entre su familia y la de los Jones pero no obtuve respuesta, solo dijo "De ese acontecimiento no se habla ni se hablará jamás hija".

Pero es que me parece difícil de creer que la madre de Izan estuviese al tanto de lo que sentía su hijo Izan hacia Arya y no fuese capaz de detenerlo.

—El guiso estuvo delicioso señora Eleanor —pronuncia Arya con una sonrisa la cual Eleanor devuelve con ternura.

—Gracias hija, come más...

— No, estoy satisfecha. —Se apresura a decir— Debo irme antes de que el señor Davis llegue.

—Tienes razón, Henry debe estar por llegar. —Dice Eleanor con tristeza— Gracias por venir hija, estoy segura que mi hijo Izan se alegró por verte, aunque tus padres no lo crean así esta también es tu casa.

— Gracias señora Eleanor.

Permanezco en silencio ya que no tengo nada relevante que decir, esto es muy repentino para mí.

El accidente de Izan, sus sentimientos hacia Arya y que ella le corresponde, es demasiado y jamás lo hubiese imaginado.

Arya está perdiendo la razón, conoce a su padre... sabe el daño que es capaz de hacer si se entera de esto, pero supongo que cuando se está enamorado las cosas cambian de perspectiva.

Arya se levanta de la mesa y abraza a la señora Eleanor quien le corresponde el abrazo seguida de una leve caricia el mentón, Arya me mira y sale de la casa.

Voy tras ella.

Solo estoy olvidando un pequeño detalle...

No nos hemos reconciliado.

Sé que fui cruel al culpar de esa manera a Arya por lo que pasó con mis hermanos, y sé que estuvo mal de mi parte no hablar con ella ni comunicarle su estado, sé que Arya quiere mucho a mis hermanos así que creo que es hora de reconciliarme con ella.

— ¡Arya! —Grito su nombre y ella se voltea pero sigue caminando— ¡Detente!

Ella obedece y se vuelve hacia mí.

— Escucha. —se apresura a decir— Los cuidé... yo hice lo mejor que pude y es que jamás me había pasado, estaba preparando la cena y de repente no estaban, no sé en qué momento pasó pero te juro que no fue mi intención que pasara, yo los quiero... son un tesoro para mí, amo a esos niños, yo...

—Lo sé. —la interrumpo y ella se queda perpleja.

—Perdón... ¿Qué has dicho?

—He dicho que lo sé y siempre lo supe pero en ese momento estaba muy enfadada y no quería verlo, los niños están bien y la verdad es que siempre has hecho mucho por mí. —Digo con sinceridad— no debí culparte de esa forma, lo hice mal así que pido perdón por ello.

— ¡Por Dios Jessia! —exclama Arya con lágrimas en los ojos y me abraza.

Arya llora desconsoladamente mientras me abraza.

—Hey... —digo mientras acaricio su espalda— ¿Qué sucede Arya?

Arya solloza sin parar y en un momento no sé qué hacer y la conduzco hacia un tronco viejo que hay cerca de la casa de Izan para que podamos sentarnos y ella pueda tranquilizarse.

—Vamos, siéntate Arya. —le digo con dulzura, ella asiente y tapa su rostro empapado de lágrimas con las manos— ¿Qué sucede?

Dejo de preguntar ya que es incapaz de hablar en estos momentos así que dejo que se tranquilice.

OlvídameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora