Capítulo 28

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~Malas noticias~

—Hija, ven siéntate por favor. —Mamá se acomoda e indica la silla que está junto a la mesa para que tome asiento.

— ¿Sucede algo madre? —Mamá está algo inquieta y no es algo normal verla de esa forma— ¿Madre? —Llamo su atención y ella asiente.

—Tu abuela vendrá en unos días, he recibido una carta. —dice sin más con las manos temblorosas.

— ¿La abuela Joseline?

—No, Adelaida... la madre de tu padre. —informa.

— ¿La abuela Adela? —Pregunto con sorpresa— Es muy extraño, ha pasado mucho tiempo desde la última vez que hablamos, tampoco hemos sabido nada del abuelo Arthur.

Nuestra relación con ellos no ha sido muy buena, tengo pocos recuerdos con la familia de mi padre ya que desde el día en que murió mi padre se han vuelto cada vez más lejanos.

No recuerdo muy bien a la abuela Adela, pero lo que recuerdo de ella es una mujer fría y algo hostil, muy diferente a mi padre quién era un hombre amable y muy amoroso.

—Debo decirle a los niños, sé que no conocen a su abuela. —dice mamá tapándose el rostro con ambas manos, sin dudas es señal de que mamá está preocupada— Y por supuesto advertirles sobre su comportamiento, nunca he sido bien recibida en la familia Collins, he pensado que Adelaida Collins me detesta.

—No te agobies madre, solo serán unos días... —la tranquilizo— No puede ser tan grave.

Mamá asiente y se levanta de la mesa.

— ¿Podrías cuidar del señor Marco por el día de hoy? —me pide mamá con cierta preocupación— Sé que has ido a atenderlo en los últimos días pero hoy me es imposible cuidar de él, han llegado nuevos niños a la escuela y solo algunos saben leer correctamente, el tener diferentes grados en el mismo salón es muy complejo.

—Por supuesto madre, cuidar del señor Marco ha sido una experiencia agradable, además de que el pobre hombre ha estado muy triste. —Digo y me levanto para depositar un beso en su frente— Lo harás bien madre, eres una maestra estupenda.

El señor Marco ha estado empeorando estos días, su pierna no luce bien... de pronto se ha infectado y el doctor Walker no da buenos pronósticos de su caso, la economía del señor Marco va en declive ya que no ha podido trabajar en sus tierras y no tiene dinero para pagarle a los trabajadores.

Él se esfuerza en mantenerse alegre pero sé que su corazón está triste y afligido, no tiene apoyo... aunque los vecinos tratasen de trabajar sus tierras, no le quedaría nada por remunerar el trabajo a cada uno de ellos y sin decir que cada hombre de este pueblo tiene sus propias tierras que atender, e hijos que les ayuden pero el señor Marco no tiene a nadie.

Veo como cada día su semblante se ve apagado y desgastado, está decepcionado de sí mismo porque no se ha podido recuperar de su pierna y la movilidad es fundamental para que él sobreviva.

Dios lo ampare y cuide de él.

●●●●

—Buenos días Señor Marco. —saludo mientras le extiendo el desayuno y este me ignora por completo— Señor Marco, aquí está su desayuno.

El señor Marco permanece en completo silencio sin articular palabra, así ha sido estos días... no ha querido comer, tampoco hablar y solo intenta pararse de la cama y como resultado solo obtiene un fuerte dolor en su pierna.

Me acerco hacia él y me posiciono frente al costado de su cama mientras me siento en la silla.

—Señor Marco... —pronuncio y él no se inmuta— Sé que es difícil para usted, no me imagino en cuantas cosas debe estar pensando pero debe ser fuerte ¿Me escucha? No está solo, estamos hasta las últimas consecuencias con usted.

OlvídameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora