Olvídame

Capítulo 27

~Los sacrificios que supone amar~

Caleb Lahaye.

Días antes...

Decepción, impotencia, ira, desasosiego, vacío, inconformidad...

Son algunas de las palabras que podrían describir lo intranquilo que se siente mi espíritu, podrían explicar el agitado latido de mi corazón.

Es posible que volver al pueblo haya sido una mala decisión, de repente debo enfrentarme con mi pasado, pasado que no quiero revivir, pero siento que estoy empecinado en ello, es como si no pudiese asumir el control de mis impulsos y por ello de mis decisiones, como si mi ser estuviese fragmentado en partes y estas luchan entre sí.

- Caleb, que gusto verte. -pronuncia una voz algo lejos de mí.

Volteo para saber de quién se trata, es el doctor Walker, se aproxima hacia mí para saludarme.

-Saludos Doctor Walker. -Saludo devuelta- ¿Cómo le va?

-Bastante bien, no podría quejarme. -Dice mientras acomoda su sombrero- quería verte, pero no sé dónde vives y por eso no podía encontrarte.

-Aquí me tiene doctor, ¿Qué sucede? -pregunto y por su mirada intuyo que no debe ser algo bueno.

-Es posible que su padre...

-Disculpe doctor Walker. -le interrumpo- No le he preguntado acerca de mi padre

-Suponía que era natural que quisiese enterarse.

-Lo entiendo doctor, pero no es así. -pronuncio y él suspira, sostiene su maletín, se vuelve a acomodar el sombrero y se dispone a irse.

-Comprendo, ¿Estás seguro de que no quieres saber qué sucede con tu padre? -pregunta y yo asiento así que acto seguido se va.

Mi padre...

Marco Estefan Lahaje.

Para muchos es un hombre amable, íntegro y leal, no puedo culparles de su percepción porque yo la tuve hasta cierto momento, de niño era muy unido a mi padre pero lo cierto es que ahora no sé si sea capaz de perdonarle.

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- ¿Hacia dónde vas Caleb? -pregunta Izan quién se encuentra leyendo un libro en un árbol cerca del camino.

-Hacia la casa de la señora Sofía. -Respondo- ¿Cómo te encuentras?

-No tan bien, lo cierto es que debería estar en cama pero le he pedido a mi padre que me deje aquí por unos minutos, me hace falta conectar con la naturaleza. -Explica- Pero sé que estaré bien dentro de un tiempo.

-No seas testarudo Izan, estar en el suelo no te ayudará a recuperarte. -digo sentándome a su lado.

Izan está recostado del tronco del árbol, con la cabeza echada hacia atrás al sentarme a su lado me mira fijamente.

-Tal vez no. -Dice sonriendo- ¿Has escuchado alguna vez que el corazón contento es buena medicina?

-Por supuesto, pero no entiendo qué quieres decir. -digo confundido.

-Arya es mi medicina. -Dice sin más- Desde que llegaste he estado amargado a pesar de estar sano y poder caminar sin problema alguno, yo vi la oportunidad de estar junto a Jessia esperando olvidar que mi corazón había elegido a Arya.

- ¿Arya Jones? -pregunto sorprendido y él asiente.

-Arya Jones... -confirma- No puedo negar que te guardé resentimiento, si bien estaba engañado por el deseo de querer amar alguien más no lograba saber por qué Jessia se empecinaba en estar a tu lado aun sin quererlo, pero después de que pude ser sincero conmigo mismo lo entendí.