Capítulo 13

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~Como una luciérnaga~

—Hija por favor, dime ya... —me ruega mamá sentada en la silla.

—La carta... —carraspeo— es firmada la abuela Jo, me dijo que sea cuidadosa al decirte esto, tienes que prometer que vas a estar tranquila madre.

— ¿Mi madre?— pregunta mamá asombrada y yo asiento. —Entonces dime por qué Joseline Rhode, mi madre envía una carta tan importante, en especial a ti...

—Es sobre la tía Marie. —digo finalmente y mi madre rueda los ojos en señal de disgusto.

— ¿Qué sucede con mi hermana?

—Madre, la abuela... —suspiro— la abuela dice que ha perdido a su bebé, murió unos segundos después de nacer, la tía Marie se encuentra en estado de gravedad, la abuela no sabe si sobrevivirá, la carta fue escrita hace cuatro días mamá, ahora ella podría estar muriendo o algo peor...

Mamá se queda perpleja, yo tengo muchas preguntas, pero es lo que dice la abuela.

—No puede ser cierto Jessia, tu abuela nos dio la noticia mientras pasaba la navidad con nosotros, es imposible que...

—No lo es —interrumpo. — La tía Marie estaba embarazada desde mediados de año, pero le prohibió a la abuela que te lo dijera, ella finalmente lo hizo en la navidad, así dice la carta.

— ¡Por qué! —dice mamá con frustración. — ¿Por qué ahora que agoniza? Mamá no puede hacerme esto, ¿Qué se supone que haré ahora Jessia?

—Debes ir con la tía Marie, probablemente sea la última vez que tendrás la oportunidad de hablar con ella, si todavía existe una oportunidad no debes perderla madre...

—No. —Dice mamá mientras menea repetidamente la cabeza hacia los lados negando. — No puedo, ella decidió que esto fuera de esta manera, siempre la quise, es mi hermana... no tuve la culpa de nada.

— ¿De qué hablas madre?

—De mi hermana Marie, no sé qué hacer, lo pensaré, hija, es que no... no lo sé —dice mientras se da la vuelta pero sostengo su hombro deteniéndola.

—Madre —pronuncio y obtengo su atención.— no hay mucho que pensar, tampoco mucho por entender... es tu hermana y podría estar muriendo, debes ir... puede ser la última oportunidad para enmendar las cosas, ¿Acaso quieres que la culpa y el dolor te persigan por el resto de tus días? No es lo que quiero para ti madre, tampoco es lo que la abuela quiere, sé que entre tanto odio puede haber una brecha para el perdón...

Mamá sostiene mi mano y me mira con los ojos cristalizados.

—Un pasaje hacia el este cuesta demasiado, no tenemos el dinero...

—La abuela ha puesto un poco de dinero en el sobre, tengo algo guardado de la venta de la semana pasada, puedes tomarlo...

— No hija, no podemos...

—Este momento lo amerita madre—le digo con firmeza.

— La escuela... los niños, no puedo dejarte sola con ellos...

—Yo me ocuparé de los niños, la señora Sofía estará encantada de tenerlos mientras estoy en su casa, en cuanto a la escuela puedes cerrarla temporalmente, hasta que vuelvas madre, si te sientes lista.

Mamá asiente y me da un abrazo.

—No sé qué haría sin ti hija... —dice y me da un sonoro beso en la frente. —Partiré mañana mismo, si puedo obtener el boleto.

OlvídameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora