Capítulo 5

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~Navidad, tradiciones y una visita~

Ha pasado una semana...

Una semana en la que he estado en cama con un resfriado algo grave pero estoy mejor.

¿Cómo pasó esto?

El día en que me quedé dormida en el suelo hacía mucho frío, mi madre se levantó y me encontró tirada en el suelo, se preocupó bastante.

Mucho diría yo...

Se asustó tanto que llamó a los demás para que me subieran a la cama no fue una tarea fácil, aunque tengo el peso equivalente a una pluma.

En invierno es muy difícil que los médicos hagan pasadas por aquí, así que mamá y la abuela se las han ingeniado para que el resfriado ceda, mientras tanto no puedo hacer ninguno de mis deberes, así que Asher y Ayla están a cargo con ayuda de los mellizos.

— ¿Ya te sientes mejor? —me pregunta Ayla mientras me acercaba un cuenco con una bebida extraña caliente.

—Sí—contesto mientras lo tomo en mis manos. — ¿Cómo van los deberes?

—Todo excelente, tal como te gusta. —respondió con una sonris —Hicimos un buen trabajo.

—No me cabe duda.

Sonrío y le doy un sorbo a la bebida, son yerbas medicinales, no me gustan estos tipos de brebajes pero debo beberlos, de otra manera no podré salir de esta cama.

—No vuelvas a hacer eso. —pronuncia Ayla de manera seria.

— ¿Hacer qué?

—Solo no vuelvas a hacer eso. —dice e intenta irse pero la detengo.

—Ayla ven, siéntate.

Ella se detiene por unos segundos, escucho un largo suspiro y tras eso obedece y vuelve a sentarse junto a mí.

— ¿Quieres hablarme de algo? —pregunto y ni se inmuta en responderme, solo mira hacia un punto fijo— Necesito que me digas algo.

—Solo... ¿No te irás de nuestro lado verdad? —pregunta tras una larga pausa y yo niego con la cabeza— Jess, dilo, háblame.

—Siempre que dependa de mí, no lo haré. —digo.

— ¿Puedo irme? —me pregunta, asiento y ella se levanta.

Trato de entenderla un poco, pero esos tipos de comentarios son usuales en ella.

Trato de pararme de la cama y salir de casa una y otra vez, pero cuando quiero hacerlo, aparece mamá, la abuela, Asher, Ayla o los mellizos, vivo custodiada todo el día.

Pero aun así seguiré intentándolo.

Un esfuerzo más...

Me digo a mi misma y me levanto, trato de flexionar mis piernas lo más que puedo.

—No tan rápido, vuelve a la cama —pronuncia mamá me quedo un rato quieta con la esperanza de que cambie de opinión— Ahora Jessia, no volveré a repetirlo.

De inmediato pongo mis pies de regreso a dónde estaban, la miro seria, en serio me disgusta estar aquí siempre.

—Mamá, ya me encuentro mejor —le digo con la esperanza de que me deje salir.

La esperanza es algo que me identifica.

—Lo sé, pero aún no saldrás de cama porque quiero asegurarme de que te encuentres bien. —dice mientras me puso las manos en la frente hoy es el día de la cena— ¿Quieres ayudarme más tarde con la cena? —pregunta con una sonrisa a medias.

OlvídameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora