Capítulo 39

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~Casos no tan afortunados~

Han pasado exactamente tres días desde que los niños están enfermos, se vive una tensión muy fuerte en casa, los niños han estado empeorando y mamá ya no sabe qué hacer para aliviar el dolor de ellos; Todos los síntomas que el doctor explicó aparecieron en el transcurso de estos tres días, la fiebre no ha cedido y su piel está impregnada de manchas rojas.

—Hija, deberías ir con el doctor Walker a comprar esencia de eucalipto. —me pide mamá.

—Por supuesto madre, iré en cuanto pueda. —respondo.

La dinámica en casa ha sido algo compleja, Arya nos ayuda con lo que puede aunque mamá y yo preferimos que no se esfuerce de más, ha tenido unas semanas muy duras con su embarazo y se niega a salir de casa, esto también nos preocupa ya que la vemos muy triste y desganada, es una Arya totalmente diferente a la que conocí.

Mamá y yo hemos pensado en escribirle a la abuela para que nos ayude con un poco de dinero pero entonces tendríamos que explicarle nuestra situación y querrá venir para ayudarnos pero lastimosamente no tenemos espacio ya que Arya ocupa una de las camas, hemos evitado hablar de ello en su presencia para que no se sienta culpable.

He notado a mamá muy pendiente de los niños y todos nosotros, sé que se esfuerza para que Ayla y Asher no se preocupen demás, en ocasiones pierde los estribos pero al instante se tranquiliza, los niños se quejan mucho de las molestias que les ocasiona la enfermedad y no podemos hacer mucho por aliviarlos.

Solo nos resta orar por su mejoría.

En cuanto a Caleb, nos hemos visto mucho en estos días, ha estado buscando las escrituras por nuestros terrenos según me dice podríamos estar muy cerca, dijo que tal vez papá haya escondido algún mapa o indicación, he tratado de no presionarlo pese a que nuestra situación económica no ha estado nada bien y está cada vez peor, los panes que vendo para la tienda de comestible a penas nos alcanza, así que mamá y yo hemos visto prudente comenzar a fabricar velas, debido a que papá no era trabajador de ninguna compañía no existe para nosotros ninguna pensión de viudez.

Y eso a Caleb le preocupa, sabe que si las cosas no mejoran tendremos que mudarnos con la abuela o a algún otro lugar, la vida del oeste es dura, hemos sobrevivido a lo largo de estos años con mucho sacrificio pero nunca se nos había presentado una situación así de compleja.

De todas maneras le agradezco a Caleb su ayuda, ha estado muy al pendiente de nuestra situación al igual que su padre, pero no puedo pasar por alto que también lo he notado algo perdido y ausente en espíritu desde la llegada de su hermana mayor Amelia.

Es todo un misterio su aparición, Caleb solo me comenta que al parecer hay noticias importantes sobre su hermana menor Lorena, la que desapareció sin dejar rastro hace muchos años.

— ¡Mamá! —grito su nombre.

— ¿Sí Jessia? —aparece de repente limpiándose las manos con su delantal.

— ¿Necesitas algo de la tienda?

—Por supuesto, trae un poco de azúcar, sal, harina y miel. —contesta.

Con todo lo que mamá necesita en mente me dispongo a ir hacia el pueblo para conseguir la esencia de eucalipto y todo lo demás.

— ¡No olvides la cesta! —exclama mamá.

Asiento y acomodo en la carreta la cesta al tiempo que reviso que todo con Narty está bien.

Estos días no hemos tenido descanso, ha sido algo muy extenuante, tanto que mamá ha pensado en llevar a Ayla y Asher con la abuela Joseline unas semanas hasta que todo se estabilice y no me parece una idea tan descabellada a decir verdad, salvo por la tía Marie quién según mamá reside en la misma casa que la abuela Jo.

OlvídameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora