Capítulo 29

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~Una inesperada pero esperada visita y un acontecimiento inminente ~

—No Jessia, no hablaremos de esto. —Dice Caleb meneando la cabeza repetidas veces— Ya te lo he dicho.

Es lo único que ha hecho durante estos minutos, no ha querido dejarme hablar, pareciera que tiene miedo de abordar el tema, no escucha lo que tengo para decirle.

Pero no me iré sin antes hablar con él.

Debo intentarlo por el señor Marco.

—Caleb, necesito que me escuches... —ruego algo agotada, no ha sido un día fácil de llevar y Caleb lo está dificultando.

No es sencillo estar aquí.

—No Jessia, no debes entrometerte... —dice mientras se acerca hacia mí y me mira con atención— No después de lo que ha pasado, no tienes idea de nada Jessia, hazte a un lado.

—Tienes razón. —Admito— no tengo idea de nada Caleb, no puedo entender como tu padre está en cama enfermo desde hace días y no has ido a verle, no puedo entender cómo vas a dejarlo morir postrado en una cama, no puedo entenderlo porque es tu padre. —Digo y él trata de hablar pero me apresuro a detenerlo— No Caleb, ya has hablado lo suficiente... ¿Crees que es sencillo para mí estar aquí? ¿Crees que es sencillo para mí estar de pie de la persona que me ha hecho daño? Pues es necesario que sepas que no lo es...

—Jessia basta...

— ¡No! —grito y él se sobresalta— No estoy aquí por un nosotros Caleb, estoy aquí por una vida... una vida que va a perderse y serás culpable, no de su enfermedad sino de dejarlo morir, es viudo y además tiene que vivir en carne propia el desprecio de sus hijos. —Pronuncio con dureza— No sé qué te haya hecho tu padre en el pasado, no tengo idea... pero no es suficiente para que le dejes morir.

— ¿De qué hablas? —Pregunta Caleb confundido— No entiendo la razón de que hables tanto de muerte, te recuerdo que no sé lo que sucede con mi padre.

—Porque es lo que está sucediendo Caleb, la infección de su pierna se ha agravado y es posible que tenga gangrena. —Explico— Tú debes saber sobre eso incluso mejor que yo, tu padre se niega a ser tratado y sabes lo que eso significa, si en dado caso la gangrena aparece habrá que amputar.

—No... No lo sabía...

— ¿Y cómo podrías saberlo Caleb? —Le cuestiono— Si alejas a todo aquel que intente hablar sobre tu padre, ¿acaso no te importa? ¿El odio es más fuerte que el amor hacia tu padre? ¿Qué diría tu madre sobre ti? ¿Crees que ella estaría orgullosa de ti?

Él aprieta los puños cuando hablo de su madre pero luego se relaja y se aleja unos metros con la cabeza baja, permanezco en silencio observándolo, él se frota el cabello de forma desesperada solo hace eso cuando está ansioso e impotente.

—Yo... —susurra— Yo no soy un monstruo Jessia, lo juro —dice ahora con voz fuerte— No soy mala persona, te juro que todo esto tiene una explicación.

Caleb comienza a respirar de manera agitada y a retroceder hacia atrás, inmediatamente sé que algo no anda bien así que me acerco hacia él.

—Caleb. —Llamo su atención pero no reacciona— Caleb, escúchame.

Él se aleja aún más de mí pero logro sostener sus manos, las lágrimas salen de su rostro y él se deja caer en el suelo, Caleb se hace un ovillo mientras susurra algo que no logro escuchar por la forma en que articula.

Ojalá la señora Sofía estuviese aquí...

Me acerco para intentar ayudarlo y es cuando puedo escuchar lo que dice...

OlvídameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora