~Una inesperada situación~
Caleb me trae cargada con mucha delicadeza mientras monta a caballo, llevo recostada en su pecho desde que partimos y parece no cansarse, no, no es por mero gusto que estoy en esta "comprometedora" situación, Caleb me obligó a irme en el mismo caballo con él, no permitió que me fuera sola.
Si me preguntaran cómo se siente, podría ser hipócrita y decir que me siento de lo peor, pero realmente es agradable y es por eso que me da miedo estar con él, se fue por tres años y fue difícil acostumbrarme a su ausencia, pero resulta tan fácil adaptarte a su presencia que en ciertos momentos siento como si nunca se hubiese ido, eso, a pesar de los años de distancia, siendo honesta, me da pavor lo que pueda pasar.
Y eso es solo con verlo un par de ocasiones...
Pero supongo que estoy pensando demasiado, fue una simple caída y un simple gesto de gentileza.
¿A quién quiero engañar?
No es el gesto, son las sensaciones que me provocan...
— ¿Estás incomoda? —pregunta Caleb.
—No. —digo tajantemente.
— Bien, de todas maneras estamos llegando. — Caleb se remueve un poco y trata de acelerar un poco el paso, el caballo va lento.
—No andaríamos a este paso si hubieras permitido que me fuera a caballo, sola —replico remarcando la última palabra — ¡Lo dejaste en el campo!
—Jessia. —pronuncia y yo me quedo en silencio. —El caballo es de la señora Sofía, vendré a buscarlo después, además, no quiero que te suceda algo durante el camino que agrave la herida.
Bufo y siento como Caleb se ríe con satisfacción.
¡Descarado!
Llegamos a la casa de la señora Sofía en completo silencio, la señora Sofía nos ve y sale algo preocupada a nuestro encuentro.
— ¡Por amor a Jesús!—exclama— ¿Qué ocurrió?
—Jessia se cayó y se lastimó. —responde Caleb bajándose del caballo para posteriormente el poder sostenerme, la verdad no hay razón para que me lleve cargada todo el tiempo.
¡No he perdido la pierna!
— ¡Pero estoy bien!—exclamo rodando los ojos. —No fue nada.
—Oh hija... qué lástima, al menos te encuentras bien.
Sin dudas hoy no es un buen día...
Caleb me baja con suavidad del caballo y yo rodeo mis abrazos alrededor de su cuello para sujetarme, insisto, no hay razón para que me lleve cargada todo el tiempo.
La señora Sofía prepara una silla para que pueda sentarme y luego se retira a preparar una infusión caliente que, según ella me ayudará a cicatrizar mejor.
No entiendo la razón de tanta preocupación por una simple caída...
—No te vayas hasta que Celia revise la herida. —sentencia Caleb mirándome fijamente a los ojos.
Sí, Caleb siempre ha exagerado las cosas y por lo visto sigue haciéndolo, fue una simple caída, no necesito que Celia revise mi herida o que la cure, es suficiente con lo que hizo, y yo soy la terca, Caleb.
—Caleb, ¡estás exagerando!—exclamo frustrada. — Solo fue una simple herida, no es para tanto, además no puedes tratarme como si fuera un niñita.
—Solo quiero asegurarme de que estés bien. —Suspira— Disculpa si eso te incomoda, de todas maneras Celia verá tu herida. —Bufo y miro hacia otro lado, no valdrá la pena contradecirlo, es muy terco y cuando se ve empecinado en algo no se le puede detener.
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Olvídame
Teen Fiction"Donde hay resentimiento y un pasado de por medio, tal vez y solo tal vez, exista una brecha para el amor" El problema realmente está en... ¿Estás dispuesto a pasar por alto cualquier cosa por amor? En el pueblo Vollmond Nild, en el oeste de Estad...