Olvídame

Capítulo 32

~Presagios, magnolias y decisiones difíciles~

— ¡NOOOO!

Al escuchar a Caleb gritar Thiago y yo nos adentramos rápidamente a la casa y entramos al cuarto.

De inmediato observo que todos están sentados alrededor de la cama de la señora Sofía y todos tienen rostros tristes y la habitación de repente toma un aspecto lúgubre.

Celia está aferrada a su hermana Hary, mientras Abel y su prometida están sentados agarrados de la mano confortando al señor Jeffrey que a su vez está muy cerca de la cama donde se encuentra recostada la señora Sofía.

Caleb no para de llorar y está muy inquieto, lo veo muy nervioso al igual que todos en la habitación, eso nos confunde así que decido preguntar.

— ¿Qué sucede? —pregunto preocupada.

—Mamá se desmayó... ha despertado pero está durmiendo porque al parecer está muy agotada y agitada —responde Hary y se levanta para susurrarme algo al oído —Caleb ha estado muy nervioso, creo que lo mejor sería que vaya a respirar un momento fuera.

Asiento en silencio y me acerco a Caleb, está cerca de la señora Sofía y sigue nervioso y muy inquieto así que decido hablarle al oído, Thiago me mira inquieto, sé que piensa que lo he abandonado pero necesito hacer esto, así que le digo "Debo ir" entre dientes, él asiente y me susurra un "ve".

—Caleb. —Susurro— Vamos hacia fuera, necesitas respirar un poco. —Caleb niega y se aferra más a la señora Sofía— La señora Sofía necesita descansar, acompáñame.

Él se levanta poco a poco y en un arrebato frustrante se marcha y nos deja solos.

—Ve con él Jessia. —Dice Hary al borde de las lágrimas— Mi madre es como su madre, está muy afectado, vulnerable y desorientado.

Asiento y rápidamente voy hacia fuera, al salir busco por todas partes y Caleb no parece estar cerca, en su lugar me encuentro con el señor Marco quién tiene la intención de entrar a la casa.

—Señor Marco, que gusto ver que se está recuperando muy bien. —Saludo y hago un ademán el cual corresponde con una sonrisa— ¿Qué le trae por aquí?

—Los Wilson y nosotros los Lahaye hemos sido buenos amigos, me he enterado de que la señora Sofía se encuentra en estado de gravedad, así que he venido a ofrecer mi apoyo. —Explica— ¿Hacia dónde vas tan apurada?

Suspiro profundamente y permanezco en silencio, el señor Marco me observa y espera pacientemente a que responda pero por su rostro sospecho que posiblemente sabe lo que pasa.

—Es Caleb... —termino diciendo— la señora Sofía es...

—Significa mucho para él. —Termina diciendo acompañado de un largo y profundo suspiro— ¿Ves ese claro de allá cerca de la montaña? —pregunta indicando hacia un camino algo retirado pero no tan lejos donde hay algunos árboles secos.

—Sí. —contesto asintiendo.

—Debe estar ahí, de niño solía refugiarse allí cuando hacía travesuras. —Pronuncia mientras sostiene su bastón— Te necesita, soy su padre pero no tiene a nadie más.

Luego de esas palabras el señor Marco me sonríe para luego adentrarse en la casa y desaparecer de mi vista, por mi parte me dirijo hacia donde el señor Marco me indicó.

Luego de unos minutos estoy ahí, todo parece ser incierto hasta que escucho unos sollozos que provienen de un tronco enorme, donde es probable que detrás se encuentre Caleb, me acerco para corroborar y efectivamente Caleb está hecho un ovillo mientras llora desconsoladamente.