Capítulo 42

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~Riesgos necesarios~

Izan Davis

La ausencia de Arya en estos meses me ha hecho pensar y solo llego a la conclusión de que no puedo vivir sin ella, la forma en que nos conocimos y nos enamoramos era simplemente emocionante, desde niños sabíamos que nuestro destino sería estar juntos de alguna u otra manera... como buenos amigos o como dos enamorados y Dios quiso que el amor surgiera con el tiempo, amor que eventualmente se hizo más fuerte, lo que no nos imaginamos era que cuando creciéramos eso sería puesto a prueba.

El día en que ocurrió el accidente del hermano de Thiago todo se puso en nuestra contra, su padre me rechazó desde que esto ocurrió y me alejé de Arya justo cuando todo empezaba a ser claro para nosotros, así que desde ese momento todo fue difuso, eran idas y venidas, no sabíamos que hacer... si arriesgarnos por un amor que ya sabíamos era inevitable o tratar de olvidarnos mutuamente pero a pesar de eso teníamos encuentros ocasionales donde nuestra chispa era tangible.

Aunque a Arya le lastimó el hecho de que quisiera olvidarla con su mejor amiga Jessia porque quise convencernos a ambos de que eso era lo mejor, perdíamos demasiado... nuestras familias estaban de por medio, fue difícil recuperarla tras esa tonta decisión pero con el tiempo me arrepentí y decidí arriesgarlo todo al igual que ella.

Ella parecía saberlo todo en ocasiones, era la valiente, la que estaba dispuesta a arriesgarlo todo sin importar nada, ella es quién ilumina mi camino, puede estar confundida con cualquier cosa pero siempre supo que nuestro destino era y es estar juntos.

No se encuentra una mujer así dos veces, por eso puse en juego todo por ella...

No sería un hombre de no ser así, ella me perdonó con el tiempo y comenzamos a vernos a escondidas con más frecuencia, como si fuésemos fugitivos pero siendo libres como nunca antes a la vez, arriesgamos tanto que consumamos algo que a los ojos de los hombres no era perpetuo pero a nuestros ojos sí lo era.

Era claro y sigue siéndolo...

Es la mujer que amo, la que quiero que sea madre de mis hijos, a la que quiero ver con un hermoso vestido caminando hacia mí con la intención de pasar el resto de su vida conmigo, haciendo nuestro compromiso evidente a los ojos de los demás ya porque para nosotros ya lo era.

Ya estamos casados.

Es mi esposa y no la dejaré... no uniré mi vida a alguien más que no sea Arya Jones.

El enterarme que espera un hijo mío me llenó de felicidad pero al mismo tiempo me embargaba el miedo, la desesperación, la impotencia... el no saber qué pasará, debo ser honesto y no puedo mentir, estaba aterrado.

Pero es el fruto de nuestra unión, de nuestro un amor... un amor que sobrevivió con todo en contra y aún no puede morir.

Es el fruto de aquellos encuentros que no eran simples encuentros, eran encuentros llenos de pasión, amor y entrega, momentos donde éramos solo ella y yo y era lo que importaba, eran momentos dónde ambos sabíamos que ya estábamos unidos con un lazo que no se rompería jamás y solo pasó... sin preguntas, sin cuestionamientos, sin noción del tiempo... solo dos personas que se amaban con intensidad queriendo aplacar una sed incontenbible.

Nuestro amor ha tenido tantos obstáculos, tantas trabas e impedimentos que al final iban a terminar ahogando nuestro deseo pero no lo permitimos en su momento y eso no pasará ahora.

—Hijo ¿hacia dónde vas tan temprano? —pregunta mi madre confundida— y con esa valija...

—Madre...

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