Capítulo 37

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~La Escarlatina y un picnic~

-Señor Murray ¿Cuáles son las malas noticias? Me tiene desconcertada. -Digo preocupada- Por favor tome asiento.

El señor Murray toma asiento y puedo notar que se ve bastante inquieto, sus piernas parecen moverse sin rumbo y sus manos tiemblan, como si estuviese preocupado o ansioso, noto como trata desesperadamente de secar el sudor que corre por su frente producto de la rapidez con la que andaba.

-He tratado de hablar directamente con su madre pero no fue posible. -Dice preocupado- su madre debe cerrar la escuela.

-Señor Murray... -pronuncio su nombre desconcertada- ¿por qué? ¿No le parece algo descabellado?

-No cuando se trata de una enfermedad señorita Jessia, verá... me siento muy apenado... -dice bajando la cabeza- mi hijo Tom pasó la escarlatina hace unos meses pero de repente es mi hijo Jerry quién la ha contraído.

-Dios mío...

Fiebre escarlatina...

Es una enfermedad horrible, muchos niños han logrado curarse y otros no, es una enfermedad que causa ronchas terribles en todo el cuerpo; Los niños sufren mucho cuando la padecen, recuerdo haberme puesto muy mal, todos en casa la hemos padecido a excepción de los mellizos.

Sin duda como es contagiosa lo preferible es que los niños del señor Murray se aíslen para no contagiar a los demás pero al parecer se han dado cuenta muy tarde y otros niños podrían resultar infectados.

-Hay otros niños de la escuela que presentan síntomas. -Dice con vergüenza- al parecer mi hijo Jerry se enfermó hace muy poco, ahora... está en estado de gravedad, espero sus hermanos estén bien.

-No se preocupe, sé que si se hubiese dado cuenta a tiempo no llevaría a sus hijos a la escuela, no es su culpa. -Digo tratando de consolarlos- Ayla y Asher la han pasado, los únicos que no han pasado la escarlatina son los mellizos.

-Dígale a su madre que debe cerrar la escuela y vigilar a sus pequeños. -Dice levantándose de la silla acomodando su sombrero- Nos veremos en otra ocasión.

-Bien señor Murray, por favor ponga al tanto al doctor Walker y cuide a sus hijos. -Le aconsejo- Y no se preocupe, pondré al tanto a mi madre.

-Usted cuide a sus hermanos. -dice por última vez dirigiéndose a la puerta.

Lo acompaño a la puerta para despedirlo y me dispongo a buscar a los mellizos, espero no haberme hecho de la vista gorda con sus síntomas, parecían estar bien.

- ¡Irati, Gael! -los llamo para que acudan a mí.

Necesito revisarlos para asegurarme de que no estén infectados, una enfermedad es lo que menos necesito en estos momentos y la fiebre escarlatina es muy seria.

Los niños corren de inmediato hacia dónde estoy y me miran ansiosos, aman jugar cuando no están haciendo sus deberes así que debo estar interrumpiendo su momento de ocio, de inmediato prosigo a revisar sus cuerpecitos.

-Bien niños necesito que se queden quietos. -Les informo y ellos obedecen al instante- ¿se han sentido bien? -Pregunto y asienten- ¿Tienen calentura?

-No -dicen Irati y Gael al unísono.

-De acuerdo... -digo mirando su espalda- parecen estar bien, necesito que me digan si tienen alguna molestia, a mamá, a mí o a Arya, ¿entendido?

Ellos asienten y se van corriendo, no sirve de nada decirles que no corran de todas maneras lo harán, son niños.

Lo más importante es que por el momento están sanos, parecen estar saludables y su piel está en óptimas condiciones.

OlvídameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora