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ANDREA

El sonido de mi teléfono me despertó, no sabía dónde estaba así que con los medio abiertos empecé a buscar por toda la cama.

- Aló - dije con mi voz de recién levantada.

- Hola Andrea - era una voz masculina.

- ¿Quién es? - me cubrí completa con las sábanas, la luz que entraba por las ventanas hacían que mi cabeza doliera.

- Que rápido te olvidas de las personas.

- ¡Mierda! - me quejé por el dolor de cabeza - Dime de una vez ¿Quién es?

- No haz cambiado nada - ríe por la línea - Es Carlos.

Mi corazón se detuvo al escuchar ese nombré, literal.

- ¿Qué? ¿Quién... Cómo encontraste mi número?

- Una persona muy cercana a tí me lo dió.

- Ah mira que bien - dije con sarcasmo.

- ¿Qué? ¿No te alegra volver hablar conmigo? - dice Carlos.

- No, de verdad. No sé cuál es tú intensión volver hablar conmigo después de todos estos años y tampoco me interesa saber así que con todo el respeto que faltaba en nuestra relación de "mejores amigos" te pido que no me vuelvas a llamar porque no me interesa saber de tí - colgué.

¿Qué fué todo eso?

¿Qué le está pasando a las personas de hoy en día?

Cómo ven a uno bien, creen que con una simple llamada puede solucionar toda la mierda que hizo en el pasado.

Están mal porque eso no es así, nunca deje que me dijera el porque me estaba llamando pero es que de verdad no me importa nada que venga de Carlos y fué por eso que le dejé las cosas claras de una vez.

Apagué mi celular y lo dejé a un lado, este día comenzó mal.

Tomé una almohada la abracé y volví a cerrar los ojos.

___

Unos ruidos me volvieron a despertar.

Es mi día de odiar a las personas.

Entre quejas me levanté de la cama y salí de mi habitación molesta.

Al llegar abajo me encontré con a mi madre acompañada de Pedro.

- Hola mi amor - dijo mi mamá al notar mi presencia.

- Hola - sonreí a medias - Hola Pe - me acerqué y lo saludé con un beso en la mejilla.

- Disculpa si te despertamos pero - calla y mira a Pedro.

- Sabemos quién es el acosador.

- ¿Quién? - dije.

Pedro iba a hablar pero mi madre lo interrumpió.

- Mi amor, ven vamos a sentarnos - los tres nos sentamos en el mueble enmedio de la sala, mamá tomó mi mano y la miré a los ojos, algo raro está pasando - Se que todo lo que te paso ha sido muy difícil para ti y siempre voy a estar para tí en las buenas y malas ¿Ok? Quiero que lo tengas en cuenta - dice y yo acentí.

- Lo sé mamá.

- Bueno - se removió un poco en su lugar, estaba nerviosa porque con su pulgar no dejaba de acariciar mi mano y sus ojos estaban un poco rojos.

¿Había estado llorando?

- ¿Estás bien? - pregunté.

- Si - asintió con una sonrisa.

- Tengo que decirte que fuiste muy valiente en todo esto, eres una mujer fuerte Andrea, estando embarazada y pasar por todo esto es muy difícil. Te lo digo porque ya me han tocado casos así y al final del caso algunas personas tuvieron que ir al psicólogo porque el recuerdo los atormentaba en cada momento - dice Pe mirándome.

- Si Pe - asentí - No sabés lo difícil y agotador que es esto, por suerte no tuve que acudir al psicólogo pero esa idea nunca la he descartado - él asintió - Pero es agotador y más si eres una persona pública, todo el mundo quiere saber lo que está pasando en tú vida íntima y es ahí donde tienes que centrarte y saber lo que vas a decir y hacerlo para no recurrir a la ofensa. También como harás las cosas, son muchas cosas mínimas que al mismo tiempo son cosas en las que el público o los fans se dan cuenta y eso lo que lo haces difícil. Por otro lado está todo esto, la seguridad, personas que viven a mi alrededor para mantenerme a salvó de algún modo - exhale.

- Te comprendo completamente y bueno para eso estoy yo - sonrió haciéndome sonreír un poco - Para ayudarte en lo legal y también soy consejero personal ya sabes - me picó el ojo torpemente y yo reí.

- Si Pe y por eso eres el mejor - le dí un pequeño abrazo - Y... ¿Cuál el es nombre del sujeto ese? - pregunté al separarme del abrazo.

Pedro tomo unos papeles de su maletín y me los entrego, los tomé con mi mano libre.

- El sujeto ese se llama Damián Alexander Calzadilla Palacios, 48 años de edad, trabajaba en una empresa que vende repuestos de carro - dice explicándome quien es.

Miré a mí mamá.

- ¿Es mi padre?

Asintió y me levanté del sofá.

¿Cómo?

Debes de estar mal de la cabeza para que sea un acosador y ¿De tú hija? En qué cabeza cabe eso.

- Hija, hija cálmate - dice mi mamá y se acerca a mi.

- ¿Calmarme? ¿Cómo quieres que me calme cuando la persona que quiso secuestrarme o fué mi acosador por no sé que tiempo, puso la vida de mi bebé y la mía en peligro... Y se trata que es mi padre? ¡¿Me puedes explicar cómo me calmó con una cosa así?!

- Si, si yo te entiendo lo que me quieres decir - dice mamá con calma.

- ¡No, no puedes entender porque tú no lo viviste! - grité y con lágrimas a punto de salir mis ojos.

- Pero no te pongas así, le hace daño al bebé, corazón - dice intentando tocarme el brazo pero me alejé rápidamente.

- No, déjame - negué dando un par de pasos hacia atrás tropezando con un mueble individual.

Mis lágrimas comenzaron a salir haciendo mi vista borrosa, miré hacia todos lados y sentía que todo me daba vueltas provocando que mi cabeza doliera.

Está es una de la peores noticias que me han dado en toda mi vida.

- Quiero estar... sola... - dije entré sollozo y salí rápido de ahí caminando lo más rápido que puede a mi habitación, cerré la puerta con seguro y cerré las cortinas quedando la habitación a oscuras.

Me tiré en mi cama y en ese momento no pude contener más el llanto.

Todo me pasaba como película por mi mente, lo del casi secuestro, la llamada de Carlos por la mañana y momentos juntos a Jefnier... Todo esos recuerdos se repetían una y otra vez.

Unas horas después y sin darme cuenta me dormí.

Juntos 2 .Lunay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora