Juntos 2 .Lunay.

7

LUNAY

Bajé del auto y me acerqué a la casa, noté mucha seguridad a su alrededor.

¿Por qué?

Al estar frente al portón, uno de seguridad se acercó a mí.

- Buenos días joven ¿En que lo puedo ayudar?

- Buenos días, viene a ver a Andrea - tragué en seco, me daban un poco de miedo el negro grandulón que tenía al frente.

- ¿Ustedes es?

- Jefni... Lunay, soy cantante y un viejo amigo de ella - sonreí y él asintió mientras me miraba de pies a cabeza no tan convencido.

- ¿Ella sabe que vendría hoy? - dijo con su voz gruesa.

Me siento tan insignificante al frente de él, metí mis manos en los bolsillos delanteros de mi pantalón y lamí mis labios antes de hablar.

- No, se supone que es una sorpresa.

- De acuerdo, esperé aquí un momento y regresó - asentí y se alejó de mí, se acercó a otro de seguridad, intercambiaron palabras y él otro guardia me miró por unos segundos y luego volvió a su posición anterior, empezó hablar desde un micrófono que tenía en su smoking.

¿Qué está pasando aquí?

¿Desde cuándo Andrea se volvió tan insegura y segura a la ves?

Ésto no es normal, se qué es conocida mundialmente pero tener mucha seguridad en tú casa me parece una exageración y muy raro.

Salí de mis pensamientos cuando el guardia que recién hablo conmigo estaba caminando hacia a mi.

- Puede entrar - dice y abrió el portón para que yo pasará, asentí y entre - En la entrada te recibirá la señora Cecilia ella fue la que mandó la orden.

- Si, gracias. Que tengan buen día - sonreí mirando al otro guardia.

Desde hace mucho que no veía a Cecilia, nunca me imaginé verla hoy, después de todo lo que pasó con Andrea está en todo su derecho en odiarme y no sé cuál podría ser su reacción al verme después de todo eso.

Caminé hacia la entrada de la casa, exhale antes de que tocará el timbre pero cuando lo iba hacer se abrió la puerta dejándome ver a Cecilia.

- Hola - sonreí.

- Hola - me regaló una sonrisa sin mostrar los dientes, eso es buena señal ¿No?

Hizo una seña para que pasará, eso hice, ella cerró la puerta y caminamos hasta la sala.

- Linda casa - dije y me senté en él sillón al ver que me hizo otro gesto de que me siente.

- Si, lo es pero sigo diciendo que es mucho para una sola persona - miró al rededor de la sala - ¿Cinco habitaciones y una sola persona? - negó girando los ojos y me miró - Pero bueno ¿Qué tal? Teníamos tiempo que no nos veíamos, ni siquiera una llamada para ver cómo está todo - dice alzando las cejas.

- Si aunque no lo creas que en todo esté tiempo nada cambio, sigo siendo el mismo - me encogí de hombros.

- Mentira, si cambiaste, yo te noto diferente - dice segura de sí.

- Creo que es por las noches sin dormir.

- Si comprendo lo que quieres decir - dijo y bajo su mirada a sus manos.

- ¿Qué pasa Cecilia? ¿Te veo triste? - me acerqué un poco a su lado y coloque una mano en su espalda.

- ¿Qué? No, todo está bien, no te preocupes - me miró sonriendo un poco.