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- ¡No, lo voy hacer! - dije enfurecida - No quiero verlo, no me importa saber nada de él, el está muerto para mí - mi mirada penetraban contra la de mi mamá.

- Pero dale una oportunidad.

- ¡No! Yo nunca le importe durante estos 19 años, entonces porque yo tengo que ser la que acepte para hablar, pues no lo voy hacer, me sabe a mierda - dije declaré finiquitando la conversación.

Mamá me miraba, como procesando las palabras que cabo de decir, sus dientes mordía ligeramente su labio inferior, asintiendo y moviendo sus manos de que está todo bien.

Tomó su cartera que está en el mesón de la cocina, dió un profundo respiró.

- Ehh, está bien, yo... Sólo quería hacerte saber lo que él quería decirte y si esa es tú decisión la respetaré y no te voy a obligar a nada que no deseas - dice mamá hablando sumamente calmada y siendo comprensiva - Pero algo sí quiero que lo escuches y quiero que lo entiendas, tómalo como - se encoge de hombros - un consejo de la vida, un consejo de madre a hija que pronto será madre - agachó su mirada hacia sus pies como buscando las palabras adecuadas luego la levanto y trago saliva - Sólo hay dos padres para cada hijo, mamá y papá, son los pilares fundamentales del crecimiento de un bebé, hasta que cumplen la mayoría de edad y se vuelven independientes por lo general la mayoría de los casos es así - hace una pausa para respirar profundo - Ya como sabes todo lo que pasó entre tú papá y yo que esa relación nunca funcionó, eso solo pasó entre él y yo, tú no tienes nada que ver, tú vas a seguir siendo su hija. También que después de tantos años sin ni siquiera mandar un mensaje para saber cómo estas o algún regalo, eso también está mal y no lo apoyo para nada - negó - Ahora que llega el momento de que se reencuentren, que halla un inicio entre padre e hija ¿No quieres aceptar? o simplemente encuchar lo que él te quiera decir porque no está mal sólo escuchar y luego irte del lugar y después no saber nada de él. Y claro que entiendo estar en tú puesto como hija, porque yo misma pase por ahí y toda mi maldita vida me arrepiento en haberte dejado que pases por lo mismo que yo - sus ojos habían lágrimas que amenazaban con salir - Porque yo lo quise que eso fuera así, todos ese rencor, esa furia que sientes al saber que tu papá quiere hablar contigo y aclarar las cosas ¡Eso! Lo causé yo, por mi mala decisión que tomé aquella noche y sabés ¿Por qué pasó eso? Por no escuchar lo que tenía para decirme, por ser una egoísta y orgullosa ¡Eso paso!

Ví a mamá derrumbarse frente a mí mientras que sus manos se aferraban con fuerza a su cartera.

No sabía que decir estaba en un trance tratando de entender todo.

No estaba enojada, simplemente estaba sorprendida con todo lo que acaba de decir mamá.

Lágrimas rodaban por mis mejillas, malditas hormonas locas de embarazada.

Mamá paso sus dedos por sus mejillas, eliminando algunas lágrimas.

- ¿Eso eso quiere para tu hijo? ¿Dejar... que la historia se repita? - negó - Creo que no, yo te amo y conozco lo suficiente como para saber que en lo más profundo de ti, no dejarías que eso pasará. Olvida tú orgullo, déjalo a un lado y dale una oportunidad a las personas que te quieran, date una oportunidad a tí y acepta escuchar lo que tiene que decirte, hablen resuelvan las cosas aún hay tiempo porque con el orgullo no se llega a ningún lado.

- ¡NO! - desperté asustada, me senté en la cama con mi respiración agitada, estaba sudando y mi boca estaba un poco seca.

Escuché unos golpes en la puerta.

- Andrea ¿Estás bien? - Jefnier se oía preocupado.

Con la vista un poco nublada me levanté y corrí hacia la puerta abriéndola y abalanzarme a Jefnier, abrazándolo fuerte por su torso.

Juntos 2 .Lunay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora