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27 de Enero de 2020
Los Angeles, California.

Narra Andrea

Salí de mi habitación cerrando la puerta y bajé las escaleras, caminé hasta la sala tomé unas que estaban encima de la mesa ratona, mi laptop y mi agenda.

Con todo en mano voy hacia la cocina para buscar unas galletas y de paso tomarme mis vitaminas del día que fueron las que me recetó la ginecóloga.

Salí de la cocina y ante del caminar en dirección a la entrada de la casa, me paralice y mi corazón latio rápido al ver que Jefnier terminaba de bajar las escaleras.

Me asusté porque pensé que no estaba aquí, por lo enojado que estaba anoche pensé que se había ido para otro lado.

- Buenos días - dice al verme y luego poso su mirada en lo que traía en mis manos.

¿Es encerio?

- Buenos días - dije sonriendo a medias.

Termina de bajar las escaleras y camina en mi dirección.

- ¿Te vas?

- Si, estaré todo el día en la oficina, nos vemos luego - me di media vuelta y seguir mi camino.

Su mano tomó mi brazo derecho impidiéndome seguir.

- No te vas sin antes darme un beso.

- Pensé que estabas molesto.

- Si, de eso hablaremos luego que regreses del trabajo, pero no quisiera que estés todo el día pensando en eso - me brindó una sonrisa que a decir verdad me tranquilizó un poco.

- De acuerdo - me toma con ambas manos la cara - Como odio que me conozcas tan bien - susurré mirándo sus ojos.

- ¿Me odias?

- Si por eso.

- Entre en odiar y el querer hay una delgada línea que los separa ¿Sabés no?

- ¿Ahora te dicen Lunay el filósofo? - ahogué una risa.

- ¿De verdad tenías que salir con eso?

Reí.

- Ya me conoces - me encoji de hombros.

- Mejor cálla - suplicó antes de besar mis labios sin darme tiempo de rechistar.

- Me voy - dije al separarnos - Tengo que hacer muchas cosas antes de ir a mi cita con el psicólogo - hice una mueca de agotada.

- Sobre eso también quiero hablar no contigo si no con tu psicólogo.

- Bien, cuando me digan la hora exacta de mi cita te digo.

- De acuerdo - deja otro beso sobre mis labios y me deja ir - Los amo.

Volteo a mirarlo y tiene un sonrisa que enamora.

- Nosotros más - abrí la puerta y salí de casa.

Y si, una locura mi vida pero tampoco es fácil la vida, hay que saberla llevar.

Miguel super bueno conmigo me estaba esperando afuera del auto.

- ¿Cómo es que no tienes novia? - pregunté estando ya serca de él.

- Adopteme ya ahorrarnos estos comentarios - dice fastidiado haciéndome reír y luego él se une a la risa.

- Un bebé gigante ¿Quieres ser?

- No importa, lo que usted diga yo lo hago.

- Mírate - me hice la sorprendida - El bebé obediente y que hace bien sus tareas - dije y me subí al auto sentándome en el siento y dejando todo lo que traía en el asiento de al lado.

Juntos 2 .Lunay.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora