Capítulo 16

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IMPORTANTE!!

No quería decir esto porque implica hacer un pequeño spoiler, pero en este capítulo hay contenido sexual, del cual avisare entre ***asteriscos***. 

Las primeras alusiones serán durante una charla, mientras que después habrá partes mas explícitas. Ambas tendrán su propio aviso, por si alguien quiere leer solo la parte de la conversación.

Dicho esto, empecemos.


(POV Killian)

Llego a casa y me encuentro las luces apagadas. Que raro, pensé que Emma estaría cenando o viendo la tele. Debe de ser más tarde de lo que me pensaba, no sé cuánto tiempo he estado hablando con Milah y, como se me volvió a olvidar conectarlo, no puedo mirarlo en este aparato del demonio al que llaman móvil.

- ¿Swan? -Pregunto al entrar en la cocina.

Al ver que no tengo respuesta, decido buscarla en su oficina. Sí, tiene una oficina en casa, cosa con la que no estoy de acuerdo ya que se pasa horas ahí en vez de relajarse.

- ¿Emma?

Nada, aquí tampoco está. Oh, espera, igual está dándose una ducha. No puedo evitar sonreír ante el pensamiento de mi novia desnuda mientras el agua resbala por su suave piel.

Entro en la habitación y, aun con la poca luz que entra por la ventana, me quedo helado con lo que veo. Emma está tumbada en la cama con las piernas presionadas en su pecho. Al principio pienso que está dormida, pero cuando voy a encender la luz escucho un sollozo que sé perfectamente que ha intentando frenar.

- Ei, ei, ei -digo acercándome a ella-. ¿Qué pasa?

Emma no dice nada y se da la vuelta escondiendo la cara en su almohada. Aunque su reacción de niña pequeña me enternece un poco, mi preocupación es mayor, no me gusta ver a mi Swan así.

- Emma, por favor, mírame.

Ella no responde ante mis palabras, cosa que no me sorprende, así que decido sentarme en la cama y acariciar su pelo. Ella se aparta, algo que hace que sienta un pinchazo en el corazón, pero Killian Jones no se rinde fácilmente, menos aún si es Emma Swan de quien se trata.

- Amor...

Consigo que me mire por un momento, pero enseguida vuelve a esconder su cara como estaba antes. Odio estas situaciones, no se me da nada bien consolar a la gente, no forma parte de la personalidad de un pirata temido por el mismísimo Poseidón.

Sin saber bien qué hacer, decido quitarme la ropa, excepto la interior, y meterme en la cama con ella. La acerco a mí y la rodeo con mis brazos. Para mi sorpresa, ella responde acercándose y esta vez esconde su cabeza en mi pecho.

- ¿Quieres hablar? -Intento otra vez.

Ella niega con la cabeza mientras se seca las lágrimas. Llevo mis labios a su cabeza y dejo pequeños besos hasta que noto que se ha calmado por completo.

- Te amo. -Digo susurrando en su oreja.

- Y yo a ti, mucho. -Dice ella de la misma forma.

Mi cuerpo se relaja por completo al escuchar esas palabras, y no solo por la declaración de amor, si no porque al fin está lo bastante calmada como para hablar. Conozco bien a Emma y sé que cuando algo le hiere lo suficiente como para hacerla llorar, se encierra en sí misma y pueden pasar días hasta que decide hablar. Obviamente no está en silencio durante días, pero solo trata temas del de trabajo o que no impliquen emoción alguna.

El amor es inesperado (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora