Capítulo 33

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(POV Killian)

Ya llevamos dos días en alta mar, al fin hemos decidido que nuestro primer destino será una pequeña isla donde hay varios hombres, o mujeres, a los que su tripulación ha dejado tirados y están deseosos de unirse a una nueva. Debido a mi discusión con Milah, esto lo hablé con Smith, ambos coincidimos en que si vamos a volver a ser piratas necesitamos más hombres.

Hoy se cumplen tres semanas desde que Emma me abandonó, y sí, duele, pero ya estoy empezando a aceptarlo, lo cual me permite centrarme en otras cosas y eso lo agradezco mucho. Además, gracias a la ayuda de mi hija, no he vuelto a probar el ron, le prometí que no volvería a hacer y no pienso romper mi palabra.

Hablando de Allison, ella está súper emocionada con todo esto, es la reina del barco, todos la adoran. Realmente no sé si introducirla en este mundo es lo mejor para ella, es tan dulce y pura, no quiero que eso cambie. Varios de mis hombres han estado dándole algunas clases básicas para usar la espada, a ella le encanta sentirse parte de esto, pero yo preferiría que la inocencia de mi niña siguiera intacta.

Las cosas con Milah han ido un poco a mejor, pero ahora tengo un impedimento con el que no contaba, Smith. Es más que obvio que mi amigo siente algo por ella, pero siendo sinceros, no creo que sea recíproco. En este poco tiempo que hemos estado juntos, miles de recuerdos se han venido a nuestras mentes de cuando surcábamos los mares sin que nada ni nadie nos pudiera frenar. Echo de menos esa sensación, me sentía poderoso e imparable, a la vez que amado y afortunado, cosas que a día de hoy, me parece imposible volver a sentir.

No es que haya pasado algo serio entre nosotros todavía, pero desde que acepté que Emma no iba a volver a mí vida, no hemos vuelto a discutir, lo cual es un gran avance, y nuestra hija parece estar bastante contenta con la idea de que sus padres puedan llegar a estar juntos. Incluso ha llegado a proponer en más de una ocasión que tengamos una cena romántica, pero no me es que me entusiasme la idea, prefiero dejar el romanticismo de lado por el momento.

Estamos ya en esa época del año en la que los días son más cortos y las noches son cada vez más frías. Sobre todo se nota al mando del timón, pero por suerte tengo una pequeña ayudante que no ha dudado ni un momento en ir a traerme una chaqueta.

- Toma papi. -Dice entregándome la prenda.

- Gracias, mi amor. ¿Quieres manejar el barco?

- ¿Puedo? -Pregunta con los ojos brillosos por la emoción.

- ¡Claro que sí!

Le pido a Smee que me traiga un taburete para que Allison llegue al timón y lo maneje sin problemas. Subo a mi hija y queda a la altura perfecta, pero la agarro con cuidado para que no se caiga si se mueve más de la cuenta. Voy dándole pequeñas indicaciones y ella las sigue sin problemas, está claro que ha nacido con el don de dirigir navíos, no podría estar más orgulloso. También le enseño algunos trucos para orientarse de noche, así como el nombre de algunas constelaciones. Yo le señalo el conjunto de estrellas y le digo cómo se llama, pero ella tiene una manera más divertida, busca una forma entre las estrellas y la renombra y, aunque no lo sepa, para mí esos serán sus nombres oficiales a partir de ahora.

Empieza a oscurecer todavía más y el frío aumenta, por lo que le digo a mi hija que se vaya a la cama, no quiero que se ponga mala. Le hago una seña a Smith con las velas del barco para indicarle que eche el ancla del Royal Fortune, igual que voy a hacer yo con el Jolly Roger. No es que pretenda dejarlo anclado toda la noche, pero llevamos todo el día navegando y no creo que venga mal una charla entre antiguos compañeros.

Gracias a un mecanismo que inventamos con poleas y tablas, podemos crear un pequeño e inestable puente por el que pasar de barco a barco sin caer al agua estando en mar abierto, eso sí, no es recomendable cuando hay tormenta.

El amor es inesperado (Segunda parte)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora